Cada quien tiene su propia manera de manejar el dinero, todo dependerá de la personalidad y de las vivencias. Hay personas que se sienten más seguras al ahorrar y otras que consideran un placer el gastar.

Estas últimas son consideradas como gastadoras compulsivas, pues el dinero para ellos puede significar dolor, ansiedad e inseguridad.

Al igual que otras adicciones como el alcoholismo, la necesidad compulsiva de comprar puede convertirse en un trastorno muy grave, ya que la persona puede endeudarse y no tener la fuerza para controlar los gastos, en este caso es necesario buscar ayuda para recuperarse, señala AARP.

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La diferencia entre un gasto compulsivo y compras saludables está en la intención y las consecuencias. Foto: Freepik

¿Cuáles son las características de un gastador compulsivo?

Puede ser que alguien se autodefina como “adicto a las compras” y en muchas ocasiones se permiten una “terapia de compras”, estas expresiones suelen usarse a modo de broma para hablar de los gastos excesivos ocasionales; sin embargo eso no significa que padezca de esta condición, también llamada oniomanía, algo que es un problema real y serio.

Una investigación llevada a cabo en 2016 y que fue publicada por la revista “Addiction” halló que al menos el 5% de los adultos son compradores compulsivos.

La diferencia entre un gasto compulsivo y compras saludables está en la intención y las consecuencias. Cuando se trata de compras saludables, la persona procura adquirir cosas que necesita de una forma tranquila y planificada; por su parte, los gastos compulsivos lo hacen con un sentido de urgencia y con un desencadenante emocional parecido a la angustia. Health señala los siguientes indicios de que se es un comprador compulsivo:

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Gastar dinero se puede convertir en el objetivo principal, si se trata de un pasatiempo.

1. Comprar es algo habitual: esto quiere decir que se puede comprar algo que no es realmente necesario con urgencia y pensando en la posibilidad de usarlo algún día.

La ansiedad es una de las causas más frecuentes del cambio de peso, de los trastornos de sueño y del intestino irritable

2. Comprar como un pasatiempo: gastar dinero se puede convertir en el objetivo principal, si se trata de un pasatiempo, probablemente sea algo en lo que se invierta más tiempo del debido.

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3. Sentir la necesidad de devolver cosas: es posible que la mitad de las cosas que se compran vuelven a la tienda a la semana siguiente, esta devolución puede ser una excusa para seguir comprando por la emoción de hacerlo.

4. Comprar se convierte en una escapatoria: puede ser que tener un problema como una discusión acalorada la persona se sienta motivada a ir a ver productos y comprarse algo, entonces gastar dinero se convierte en un mecanismo de defensa.

5. Las compras interrumpen otros aspectos de la vida: este hábito puede interferir con la socialización, con el descanso e incluso con las responsabilidades que puede tener una persona, ya que se le da prioridad a las compras.

6. Preocupaciones financieras: las tarjetas de crédito pueden estar al límite, las personas pierden la capacidad de pagar sus facturas o empieza a usar el dinero que estaba destinado a otras cosas.

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