El barrio de San Blas es uno de los más históricos de Quito. La construcción sobre las terrazas de la montaña que terminan con el parque Itchimbía guarda verdadera magia histórica; sus casas son coloniales, parte del patrimonio que vuelve tan interesante a la capital del Ecuador.

Sin embargo, al contar con varias casas antiguas, zonas de hostales y cuartos de arriendo, se ha vuelto peligroso en varios puntos que no tienen las condiciones favorables para la seguridad. En una de estas zonas inseguras está ubicada la casa barrial, la cual fue escenario de destrucción y robo la tarde del domingo 17 de septiembre.

Juan Carlos Rojas, presidente del barrio San Blas, relató que aproximadamente a las 16:00 ingresaron al lugar para la clausura de unos talleres de cine comunitario, realizados con el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP). Al abrir la puerta encontraron el local vacío: ya no estaban 42 sillas del local, un proyector, parlantes y micrófonos.

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La mayoría de los elementos robados fueron adquiridos por la propia comunidad con el esfuerzo de sus habitantes. La mañana de este lunes, los metales que formaban rombos de protección sobre la ventana continuaban flojos; daban cuenta de la fuerza y astucia con la que trabajaron los antisociales con el fin de ingresar a la sala de eventos.

Nada estaba en su lugar. Los delincuentes movieron todo buscando artículos de valor que pudieran ser comercializados en zonas populares. Habían rebuscado todo en una oficina, pero no habían encontrado nada más de valor, pues tampoco tenían más de lo que se llevaron.

“Lamentablemente, la zona está en situaciones precarias. Si bien la zona de la casa barrial le hemos mantenido nosotros, el Municipio hace muchísima falta. En la zona externa que corresponde a este sector necesitamos que hagan una intervención inmediata”.

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Para Rojas, este acto fue tan despreciable como “robar una escuela fiscal”, pues todo lo que habían obtenido fue a base de donaciones, aportes de los vecinos y gestión de los representantes barriales. Ahora ya no hay nada de eso.

Ante la emergencia, llamaron a las entidades de seguridad, pero la policía les informó que no podían colaborar de inmediato porque tenían a todo su personal en la atención de un incendio. Un día después llegó personal de Inteligencia a levantar indicios con el fin de iniciar una investigación.

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“Lo que nos han dicho es que tenemos que reforzar; que, si no, talvez se nos vuelven a meter”, agregó. Horas más tarde de realizado este reportaje se cumplió lo que los agentes advirtieron. Juan Carlos Rojas se comunicó con este Diario para informar que delincuentes volvieron a ingresar a la casa barrial y se llevaron lo poco que quedaba.

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Desde el Municipio también enviaron a un equipo de personas que conocieron las condiciones en las que quedó la casa barrial, aunque también respondieron que no es responsabilidad municipal, sino de la comunidad.

Esto, a pesar de que los habitantes habrían pedido hace más de dos años la ayuda con la iluminación de las escalinatas que comunican las calles Los Ríos, Valparaíso y Manuel Samaniego. La oscuridad del sector promueve la inseguridad en estas gradas.

Con molestia, los vecinos dicen que no es la primera vez. Hace unos meses también sufrieron el robo de los cables de energía eléctrica; también ingresaron a un baño y se llevaron ropa que tenían guardada para donaciones.

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Melany Rodríguez, vicepresidenta barrial de San Blas, dijo que el estado de las gradas es el mayor de los problemas, aunque también sienten abandono porque la Policía no realiza patrullajes continuos por esta zona.

“Los espacios están totalmente descuidados. Por aquí suben niños que van a las instituciones escolares y, obviamente, en la tarde o en la mañana sufren con la delincuencia”, expresó. Ellos esperan que las autoridades tomen medidas urgentes, pues creen que es injusto convivir con la incertidumbre de no saber cuándo serán víctimas de la delincuencia. (I)