No solo es una de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, sino que su nombre es la característica precisa de su apariencia.

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El retamo espinoso, de nombre científico Ulex europaeus, es autóctono de España, posee espinas y su tallo produce abundantes brotes vegetativos, sobre todo cuando es cortado o quemado, según el sitio web iNaturalist.

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Y además se ha convertido en un arbusto nocivo para toda la cordillera de los Andes, incluyendo Ecuador, afirma Iliana Herrera, profesora investigadora en la Universidad Espíritu Santo, quien sostiene que es una de las especies que más predominan en el país.

“La presencia de esta planta en la cordillera de los Andes, sobre todo en la zona del bosque montano, puede favorecer la intensificación de los incendios. Entonces, puede generar fuego, está adaptada al fuego y tiene dentro de su propia estructura química compuestos inflamables”, menciona.

Herrera participó en el Congreso Latinoamericano de Ecología y Conservación de Ecosistemas Altoandinos, organizado por la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), donde se detallaron estas y otras especies invasoras que ya representan un peligro para la región.

Las plántulas tienen hojas trifolioladas. Foto: Inaturalist.

“Otra cosa importante que pasa en los Andes es utilizar plantas no nativas comportamentales en áreas cercanas a las protegidas. Esto podría ser un problema, porque estas especies podrían escaparse y llegar allá”, comenta Herrera.

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Los arbustos de retamo espinoso crecen hasta cuatro metros y forman parches densos que desplazan a las demás especies a su alrededor, ya que necesitan luz para desarrollarse.

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“Esto causa que las ramas inferiores, sombreadas por las superiores, mueran y se sequen bajo matorrales, lo que causa una acumulación de necromasa que arde con facilidad”, según la plataforma iNaturalist.

El retamo espinoso es solo una de tantas especies invasoras que están en la cordillera de los Andes e incluirla a un hábitat distinto es peligroso.

“Estas especies pueden ser transportadas por las actividades humanas y existen distintos términos para definir cuándo una especie no es nativa de un lugar. Una vez que estas especies son introducidas aproximadamente entre el 10 % y el 20 % logran escapar, otras se reproducen por sí mismas sin ayuda del humano”, dice Herrera.

Pasan un primer filtro que es la adaptación al clima y se naturalizan. “Estas son especies muy especiales que han pasado un montón de filtros, evaden enfermedades, establecen poblaciones y expanden su distribución”, señala Herrera.

Planta coloniza las zonas quemadas más rápido que las especies nativas. Foto: iNaturalist.

El estudio socializado por Herrera, durante el congreso, resalta que el 60 % de las extinciones globales de especies han sido causadas, ya sea solas o junto con otros factores, por especies exóticas invasoras.

Hay un 80 % de impacto negativo en las contribuciones de la naturaleza a las personas y un 85 % que afecta a la calidad de vida. Esto enfocado en la cordillera de los Andes.

Ecuador registra 348 plantas no nativas naturalizadas en la cordillera; Bolivia cuenta con 247; Paraguay, con 72, y Uruguay, con 61. Sudamérica suma 1.720 de estas especies.

En la región se han identificado 46 especies invasoras en ese ecosistema y las que más predominan son Melinis minutiflora, Azadirachta indica, Pinus contorta, Leucaena leucocephala y Ulex europaeus.

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“Las plantas no nativas pueden colonizar áreas en altas elevaciones a través de caminos y senderos en varias partes del mundo”, dice el estudio.

Además resume que las perturbaciones antropogénicas, como construcción de caminos y expansión agrícola, facilitan la dispersión y el establecimiento de especies invasoras, mientras que el cambio climático favorecería la expansión en altitud.

“La mayoría de las especies que están en nuestro país son de uso ornamental y medicinal, entonces eso nos da una idea de que hay muchas introducciones deliberadas o intencionales”, explica Herrera. (I)

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