La negociación con una alcaldesa de Manabí con un paro suspendido y no levantado, acuerdos en el tema petrolero con Venezuela y no haber acatado la disposición de no participar en las elecciones presidenciales de 2006, aprovechando la palestra que adquirió por ser designado como ministro, son tres momentos que el expresidente Alfredo Palacio dice que marcaron la gestión de Rafael Correa cuando fue su ministro de Economía en el 2005 y por solo tres meses.

“A Rafael Correa le encontré tres cosas y le pedí la renuncia”, apunta el exmandatario. Asegura que su gobierno le dejó suficiente dinero a quien fue su sucesor, que terminó gobernando el país por una década, de 2007 a 2017.

Rafael Correa negoció con paro suspendido y no levantado en Portoviejo

El expresidente Palacio recuerda que no llevaba ni cien días en el cargo cuando la entonces alcaldesa de Portoviejo, Patricia Briones, anunció que lideraría “una huelga para que le cumpla lo que había ofrecido el presidente Lucio Gutiérrez”.

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“Le dije a la alcaldesa: ‘Le voy a mandar una comisión, pero la condición es que depongan la huelga’. Y esa comisión la integraban dos personas: Rafael Correa y Wellington Sandoval, ministro de Salud, a quienes les dije: ‘Van a negociar con paro levantado, no con paro suspendido’. Y fue Correa y negoció con paro suspendido”, cuenta.

Portoviejo iniciará un paro indefinido el próximo lunes

El negociar con paro suspendido dice Palacio que le dio automáticamente “el triunfo a la alcaldesa de Portoviejo”, y asegura que ese sería el origen del apoyo que el correísmo ha demostrado tener no solo en esa ciudad, sino en toda la provincia a la que se ha llegado a considerar su bastión.

El paro de Portoviejo comenzó el 4 de julio de 2005 y duró cinco días. Los pedidos se basaban en los servicios básicos, principalmente en el plan maestro de agua potable y repavimentación de calles. El Gobierno se comprometió a asignar más de $ 62 millones hasta diciembre del 2007 para obras.

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Correa mostraba interés en elecciones de 2006

Palacio asumió la Presidencia el 20 de abril de 2005, luego de que el Congreso cesara al coronel Lucio Gutiérrez como presidente constitucional. Le correspondió asumir el mandato por orden de sucesión al ser su vicepresidente.

Rafael Correa fue uno de los primeros ministros que el nuevo presidente nombró, junto con Mauricio Gándara (Gobierno), Solón Espinoza (Defensa) y Oswaldo Molestina (Comercio Exterior).

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A todo su gabinete, Palacio le puso condiciones. “No quiero que nadie esté pensando en las próximas elecciones”, cuenta que fue su disposición, aunque está consciente de que no fue del agrado de todos ni acatada en un futuro por quien se convirtió en su sucesor.

Relata que para él nunca estuvo en planes participar en las elecciones de 2006, y que concentró su mandato en cambiar muchas de las cosas que Gutiérrez había comenzado y que le permitieron recuperar dinero, que asegura le dejó a Correa y que, a su juicio, no fue bien utilizado.

“En mi gobierno logramos cambiar muchas cosas y recuperar la plata que le dejé a Rafael Correa, y en ese momento eso era absolutamente necesario. Era eso o yo me ponía a gastar esa plata como en campaña política. Y el problema es que yo no estaba en campaña política”, cuenta.

Palacio dice que pudo haberse dedicado a hacer campaña. “A hacer cosas demagógicas que le gusten a la gente, hablar de pan y circo, y eso me convertía en un buen candidato, porque uno manejando las cosas desde el poder es un buen candidato”.

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Al cabo de tres meses en el cargo, Correa renunció por discrepancias con el presidente y no descartó una participación política en el futuro.

En las elecciones de 2006 participó cobijado por el movimiento Alianza PAIS (Patria Altiva i Soberana), que surgió en 2006 como plataforma electoral de una coalición de organizaciones de izquierda y que luego se consolidó como su partido durante sus tres periodos presidenciales.

Correa se disputó la Presidencia junto con otros doce candidatos. En la primera vuelta electoral, del domingo 15 de octubre de 2006, se definió su paso al balotaje con el empresario Álvaro Noboa, quien quedó en primer lugar. La segunda vuelta se celebró el domingo 26 de noviembre y Correa fue elegido presidente con el 56,67 % de los votos.

En un foro de candidatos organizado por la Cámara de Comercio de Guayaquil, en agosto del 2006, Rafael Correa (i) y Álvaro Noboa se acusaron mutuamente de no pagar impuestos.

Acuerdos en la producción petrolera con Gobierno de Hugo Chávez

La última acción del entonces ministro Correa que hizo que Palacio le pidiera la renuncia estuvo relacionada con el gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez (1999-2013). Recuerda a quien fue su homólogo como “un gran tipo, muy simpático y diferente al que se veía en televisión”.

“En televisión se veía a un tipo medio grosero, pero realmente era muy simpático, alegre...; de lo que le gustaba conversaba conmigo... Y Chávez me dijo: ‘¿Por qué tú no estás vendiendo crudo? Si vendieras refinado, ganarías mucho más’. Y le dije: ‘Pero es que tengo una refinería casi inservible —que era la de Esmeraldas, la de Libertad y la del Oriente—. No tengo mucho. Estoy tratando de componerlas y quiero invertir, y para eso necesito plata’”, recuerda.

Palacio dice que el cambio de la producción petrolera para vender crudo refinado le fue planteado por el ministro Correa, y que su pregunta fue: “¿Cuánto me va a costar eso?”. Y dice que este le dijo: “No pues, Alfredo, descuida. Eso dejémoslo a una comisión”.

“Nombré la comisión. Economía: Correa; relaciones exteriores: el doctor Antonio Parra Gil; y el ministro de Energía, Iván Rodríguez”, dice y cuenta que un día, mientras trabajaba y en Guayaquil se daba una reunión de cancilleres, recibió la visita del canciller de Venezuela, lo que le pareció extraño, ya que estas visitas no se dan sin previo aviso.

Palacio cuenta que le preguntó al canciller ecuatoriano de qué se trataba, y que este le dijo: “Es por el acuerdo para el petróleo. Ya está listo”. Y que al preguntar detalles le dijeron que no se preocupara, que el país iba a ganar mucho dinero.

CARACAS. El presidente venezolano Hugo Chávez (d) recibe a su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa (i). Foto: Archivo

Los pormenores del supuesto acuerdo, según Palacio, le dijeron que sería Correa quien se los explicaría; y, cuando se los consultó por vía telefónica, Correa le dijo: “Presidente, salimos ganando mucho dinero, el mejor negocio que podemos. Quédese tranquilo”.

Palacio respondió: “Perdóname, pero necesito saber cómo es el negocio... Supón que yo voy a comprar un automóvil y encontré un ocho cilindros, cuatro puertas y me piden tanto. Antes de comprarlo, yo voy al de al frente a preguntar cuánto cuesta allá para comparar, si es mi plata, y mucho más si no es plata mía”.

Cuenta que Correa le dijo: “Presidente, esto no es como comprar un automóvil”, lo que sintió como una grosería, y motivó a que le dijera: “No discutamos más. Usted mañana me presenta o el informe o su renuncia, una de las dos”.

Dice que el entonces ministro ese mismo día “siguió actuando en cocteles y almuerzos”, y al día siguiente le mandó una carta donde le explicaba técnicamente el asunto y la renuncia también.

“El informe técnico no tenía nada técnico. Ahí empecé a darme cuenta de que el hombre ni siquiera era tan preparado como decía. El informe era muy pobre técnicamente y su renuncia era no irrevocable, es decir, era con piola, pero yo se la acepté”, dice.

Según Palacio, no se estaba acordando enviar el crudo y que Venezuela lo devolvía refinado, listo para venderlo.

“Yo les mandaba el crudo y ellos me lo compraban, y luego el derivado ellos me lo vendían, pero ambos precios variaban de acuerdo al precio del día, que varía de un día para otro. No era un gran negocio como ellos decían. Chávez era capaz de vender serpientes”, apunta.

En su carta de renuncia, Correa dijo no entender el disgusto de Palacio “por supuestos compromisos internacionales adquiridos por mí sin su conocimiento”, y alertó sobre supuestas presiones “para impedir cualquier relación con un país hermano como Venezuela”, y rechazó “la desconfianza” en su labor como ministro de Economía. (I)