El exvicepresidente Jorge Glas se refugió en la Embajada de México en Quito porque teme por su vida si regresa a prisión. Su exabogado Eduardo Franco Loor justificó de esa forma la solicitud de asilo diplomático que realizará formalmente el exfuncionario la tarde de este miércoles, 20 de diciembre, con base en la Convención de Asilo Diplomático de Caracas de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Glas ingresó a esa misión diplomática el pasado domingo 17 de diciembre luego que la fiscal general, Diana Salazar, pidiera a la Policía Nacional que lo detuviera con fines investigativos en el caso Reconstrucción, en el que se indaga un supuesto peculado en el manejo de los dineros de la reconstrucción de las provincias de Manabí y Esmeraldas tras el terremoto del 2016.

Franco Loor señaló en una entrevista radial que el exvicepresidente sufre una persecución política que ha venido escalando.

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Primero se lo sentenció a seis años de cárcel por asociación ilícita en el caso Odebrecht y luego a ocho años por “influjo psíquico” (cohecho agravado) en el caso Sobornos 2012-2016. En esos momentos, según el jurista, Glas todavía tenía confianza en la justicia y por eso permaneció en el país cumpliendo las penas, que luego fueron unificadas bajo la figura de “libertad provisional”.

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Ahora, además del caso Reconstrucción en el que se espera este 21 de diciembre un pronunciamiento de la Asamblea Nacional respecto a si se lo puede o no procesar, se lo investiga por supuesto acoso e intimidación, delitos denunciados por su exasesora Soledad Padilla.

“Y además lo quieren involucrar en el caso Metástasis (de delincuencia organizada), todo eso coadyuva a que la vida de Jorge Glas corra peligro”, expresó Franco Loor, refiriéndose a los chats en los que el narcotraficante Leandro Norero, alias Patrón, comenta con uno de sus abogados que había pagado $ 250.000 para que se libere, a través de un habeas corpus, al exmandatario, y que esperaba que le pagaran el favor cuando lleguen nuevamente al poder.

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“Los chats no son prueba penal contra nadie, no son pruebas absolutas, tienen que ser contrastadas, verificadas”, advirtió el abogado.

Según Franco Loor, la fiscal Salazar está persiguiendo a Glas y a otros militantes de la Revolución Ciudadana (RC) en venganza porque este sector político hizo un pedido de juicio político en su contra en la Asamblea Nacional.

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Agregó que las cárceles de Ecuador no son seguras para ninguna persona honesta ni decente, son dirigidas por los líderes de los narcotraficantes. “Si a un exlegislador y excandidato presidencial, Fernando Villavicencio, lo asesinan vilmente en las calles, y luego a los sicarios los matan en las cárceles, ¿usted cree que a Jorge Glas no lo van a matar? Entonces, para precautelar su vida, su salud, optó por pedir auxilio en la embajada”.

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Franco Loor comentó que México es un país “que ha demostrado ser muy respetuoso de los derechos humanos” y se ha opuesto “a las persecuciones políticas”, por eso es que varios dirigentes de la RC han recibido asilo diplomático.

De ahí que esperan que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador le dé el asilo a Glas, que hasta el momento está en la Embajada como “huésped”, y que el gobierno de Daniel Noboa le otorgue el respectivo salvoconducto para que pueda viajar.

“Estoy seguro de que el Gobierno le dará el salvoconducto, porque el presidente Noboa dijo en campaña y ahora en funciones que no se va a prestar para ninguna persecución política. Tengo fe de que este Gobierno actuará en el marco de la Convención de Asilo Diplomático y de los tratados (de los que) que Ecuador es signatario”, expresó Franco Loor.

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En México están también asilados otros dirigentes de la RC, entre ellos, Ricardo Patiño, Gabriela Rivadeneira, Carlos Viteri Gualinga, Soledad Buendía, Edwin Jarrín, Viviana Bonilla y Walter Solís. (I)