Esteban Torres Cobo dice que se siente muy cómodo siendo viceministro de Gobierno, que su aporte en esa cartera de Estado es lo político y que hará un buen equipo con Michele Sensi, como ministro de Gobierno, quien se ocupará de la contención de conflictos sociales y políticos.

Respecto a la relación con el legislativo aclara que el Gobierno no se lleva legisladores, pues en muchos casos hay personas que salen y se separan de sus partidos o sus bancadas porque no ven posibilidades electorales en el siguiente proceso electoral y buscan acercarse al Gobierno.

¿Cuál es el concepto de cambiar el ministro de Gobierno?

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Desde hace algún tiempo ya se había pensado en refrescar la ingeniería del Estado, en algunos ámbitos. Hemos visto ahora en el Gobierno, hemos visto también esto en educación, vamos a ver ya qué más el presidente decide cambiar, es una decisión exclusiva de él, pero para nadie es ajeno, ni es un secreto, que luego de la consulta el escenario político cambia y que hay que adaptarse al cambio de ese escenario político, especialmente porque estamos a pocos meses de una inscripción de candidaturas, muchos de los partidos representados en la Asamblea tienen una lógica expectativa de participar en ese proceso y no precisamente apoyando al presidente Noboa.

Esteban Torres: Sería un suicidio político si los legisladores van más allá de lo que se definió en las urnas respecto a la consulta popular

Muchos decían que usted iba a ser el ministro de Gobierno

Yo estoy muy cómodo en el viceministerio realmente. Tengo además una gran relación con Michele Sensi, creo que es una persona que sabe ejecutar los temas y con quien vamos a ser un buen equipo.

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¿A qué se va a dedicar el nuevo ministro? Porque usted es la persona que tiene mucha relación con la Asamblea. ¿Ese papel va a seguir cumpliéndolo usted?

El Ministerio de Gobierno tiene una serie de ámbitos que controlar. Uno de ellos es la gobernabilidad. Uno de ellos es la relación con la Asamblea y con el resto de poderes. Pero fundamentalmente está en la anticipación y en la contención de conflictos sociales y políticos. Ese es el rol primario del Ministerio de Gobierno, cuidando, por supuesto, no solo al presidente de la República, sino a su proyecto político de gobierno. Además de lo que se hace, que es gobernabilidad, el tema de la Asamblea.

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¿Pero su especialidad es política?

Bueno, eso es lo que yo aporto en el ministerio, justamente el ámbito político.

En la Asamblea, el PSC dice que se le están robando, llevando a los asambleístas. ¿Cuál es la respuesta?

Yo prefiero no opinar de lo que pasa en otras bancadas y otros partidos. Soy respetuoso, lo he vivido como legislador. Lo que sí le puedo decir es que en un año preelectoral se va a calentar un poco el tema político y nosotros tendremos que mantener la calma, la madurez, porque desde el Gobierno uno no puede entrar tampoco a peleas que creo que son innecesarias.

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¿No van ahondar en conflictos?

No, tenemos algo claro hacia dónde queremos ir y como digo, somos respetuosos de lo que cada partido o bancada decida hacia el interior. Lo que sí le puedo decir es que en muchos casos hay personas que salen, se separan de sus partidos o sus bancadas, algunos no ven posibilidades electorales en el siguiente proceso y buscan acercarse al Gobierno.

¿Eso es lo que ha pasado en estos días?

Sí, tocan la puerta del Gobierno, pero eso no significa necesariamente que se les abre la puerta o que nos interesa que entren por esa puerta. Eso manejamos con mucho cuidado, pero yo soy respetuoso de lo que pasa en partidos y bancadas. Prefiero no opinar en temas específicos.

¿Es acuerdo o alianza lo que han tenido con el PSC?

Ha sido la posibilidad de dialogar permanentemente, por eso yo no lo tildaría ni de alianza, porque la alianza tiene una connotación meramente electoral, ni de pacto, porque la palabra pacto no calza en lo que ha sucedido. Y el mejor ejemplo de todo esto es que en las cinco leyes que el Gobierno pasó, cinco de cinco en la Asamblea, ni una sola votación fue igual. Y no era solo de dos partidos, de tres partidos, de cuatro partidos. En algunas estaban todos, en algunas estaban algunos, en algunas estaban independientes sueltos, en otras no.

¿Le preocupa al Gobierno que la bancada de la Revolución Ciudadana anuncie una oposición radical desde la Asamblea?

Una cosa es la declaración que se dice en medios en un momento de calentura y otra es la que comienza a pasar en la práctica. Luego de esa declaración, por ejemplo, usted habrá visto que en la Asamblea se han aprobado temas de forma unánime, justo a semanas seguidas de esa declaración. Entonces, queda en el aire un poco la declaración de guerra en los medios cuando en la práctica todo funciona distinto. Y es que, más allá de que alguien se llame oposición, si se opone, como por ejemplo oponerse a las preguntas aprobadas en consulta popular por los ecuatorianos, se opone también a las expectativas ciudadanas y electorales propias. Y esa es una camisa de fuerza para todo aquel que quiera rechazar todo por rechazar. Que además los ecuatorianos tienen la virtud de saber quién lo hace por temas politiqueros o temas meramente electorales y quién lo hace porque realmente discrepa.

Con los resultados de la consulta popular permite medir las posibilidades electorales a una reelección del presidente de la República. ¿Qué considera usted?

Yo siempre fui muy cauto en relacionar directamente a la consulta popular con una posible elección del presidente Noboa en el 2025.

¿La consulta no era un tubo de ensayo para la reelección?

No era un tubo de ensayo. De hecho, muchas voces decían que era innecesario someter a consulta y someter al presidente a una evaluación nacional cuando mantiene popularidades del 65, 70, 75 %. Y un caso hasta de 85 en las primeras semanas del conflicto. Se lo propuso por responsabilidad con el país. Además, de las 11 preguntas, no hay una sola pregunta que directamente le beneficie ni al presidente ni en general a su proyecto político. A diferencia de lo que se había pensado antes, que había preguntas para tomar o meter las manos en la justicia o una serie de cosas. Además, somos tan cautos de entender que esto se gana día a día, semana a semana. Todo lo ganado se puede perder en un día. Todo lo ganado se puede perder en una semana. Y por eso, no hay ni confianza excesiva, ni tampoco tirar la toalla. Estamos en el medio y vamos a seguir así.

¿Entonces, no obedece a un cálculo político?

No necesariamente porque la elección del 2025, si el presidente Noboa decide ser candidato, va a estar relacionada con la gestión de estos meses y semanas. De abril, que estamos ahora, a febrero del próximo año hay muchos meses. Y por eso, como digo, nadie se confía ni se duerme en los laureles. Pero tampoco tira la toalla como normalmente pasaba en el último año de gestión de un presidente, en donde ya era mero trámite ese año. Esto no, esto va a ser un año de trabajo, de gestión y de pisar aún más el acelerador. (I)