Silicon Valley puso de moda en el lenguaje de negocios la palabra ecosistema empresarial. Los expertos coinciden en que es el mejor lugar del mundo para desarrollar emprendimientos tecnológicos.

El concepto apareció por primera vez en junio de 1993 cuando Harvard Business Review publicó el artículo de James F. Moore: “Depredadores y presas: hacia una nueva ecología de la competencia”. Moore planteó que la vida de las empresas en los mercados es similar a la existencia de los organismos en la naturaleza: no puede comprenderse de forma aislada, sino a través de sus relaciones con otros organismos de su alrededor y por su capacidad de adaptación al medio.. Visualizó el surgimiento de los ecosistemas empresariales como una forma de organización distinta y paralela a mercados y empresas para coevolucionar y enfrentar los desafíos globales.

Los ecosistemas empresariales surgen cuando distintas organizaciones productoras, proveedoras e incluso competidoras, físicamente cercanas, deciden voluntariamente apoyarse y trabajar por un propósito común. A un ecosistema empresarial lo caracteriza la interdependencia; siendo los fundamentos la comunicación y la confianza para la creación de combinaciones novedosas de recursos y especialidades que satisfacen necesidades no cubiertas.

Semgroup, la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), Innobis, la Alcaldía de Guayaquil, la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación del Ecuador (AEI), así como una gran cantidad coworkings vienen creando espacios de colaboración, trabajando e invirtiendo desde algunos años para desarrollar la cultura emprendedora y volver nuestras empresas innovadoras.

Julio es un mes para celebrar el aniversario de la fundación de Guayaquil y n para invitarnos a proyectar su futuro. ¿Puede en nuestra ciudad emerger un ecosistema de emprendimiento e innovación? Por supuesto que sí, tenemos las condiciones base y la vocación para lograrlo: organizaciones y Municipio comprometido, personas creativas, empresarialidad competitiva y pujante, academia de muy buen nivel y actitud solidaria ciudadana.

Surgiría un ecosistema de emprendimiento e innovación: eficiencia en los trámites ante los organismos públicos, marcos regulatorios favorables a la inversión de riesgo, mayor inversión en investigación; y, un pensamiento renovado en términos de ver a la creación de valor como parte de un panorama mucho más amplio.

Alejandro Ruelas Gossi, autor reconocido en el mundo de la estrategia, considera que la orquestación es el modelo más acertado para competir en un mundo en constante cambio, en sus palabras: “El reto más importante del siglo XXI es cómo convertirse en director de orquesta, es poder articular otras empresas para que aumenten tu valor”. La lógica de la orquestación es alocéntrica, en la cual el valor está afuera y proviene de diferentes actores, quienes han estado acostumbrados a trabajar hacia adentro para crear valor, deben ver afuera a otros jugadores con quienes apoyarse para crear valor superior, buscando ideas, capacidad, creatividad y capital.

En la medida que avancemos con sentido de urgencia hacia visiones compartidas, alineemos inversiones y encontremos papeles mutuamente beneficiosos para todos: empresa, academia y Estado, podremos desarrollar una versión propia de un ecosistema de emprendimiento e innovación incluyendo a Guayaquil en la lista conformada por Silicon Wadi en Tel Aviv, Zhongguancun en Pekín y Electronics City en Bangalore.(O)