Comunicar es algo básico en la vida del ser humano, pero ¿qué sucede con las personas con discapacidad auditiva en un entorno predominantemente audiovisual? Según la Constitución del Ecuador del 2008, artículo 47, se reconoce “el acceso a mecanismos, medios y formas alternativas de comunicación, entre ellos el lenguaje de señas para personas sordas, el oralismo y el sistema braille”; sin embargo, es tan notorio que no se cumplen en su totalidad, porque en los diferentes espacios televisivos las personas con discapacidad auditiva quedan fuera de la audiencia del medio al no poder comprender lo que dicen.

Se dice que un componente clave para los derechos de las personas es el lenguaje de las señas o por medio de los gestos, sirve para comunicarse a las personas con discapacidad auditiva o a las que tienen problemas en el habla. Los medios de comunicación audiovisuales deberían tener un intérprete de señas para todo tipo de contenido, no solamente para los noticiarios; en algunas ocasiones los propios familiares son quienes tergiversan la información al traducirla. La lengua de señas rompe las barreras de comunicación, a pesar de ello Ecuador no es un país inclusivo y peor igualitario, esto lo pude notar hace unos meses cuando fui partícipe de un curso de lenguas de señas, el cual me permitió conocer un poco a la comunidad de ellos que quiere ser incluida en todo ámbito. En el caso de los medios, ¿por qué los intérpretes del lenguaje no están presentes en otros tipos de programas que no sean solo de noticias? Es probable que sea por tantos elementos que están presentes en la pantalla y distraen al televidente. En fin, no creo que es justo excluir a las personas con discapacidad auditiva; más bien, es necesario integrarlas a la sociedad, darles las mismas oportunidades que los demás poseen en la comunicación. (O)

Mariuxi Daniela Acebo Jiménez, estudiante de lengua de señas, Guayaquil