El Ecuador eligió a Daniel Noboa como presidente para este periodo de transición derivado de la terminación anticipada del mandato de G. Lasso por la muerte cruzada que ejecutó. Mi explicación al resultado es la unión de factores distintos en un mismo momento.

1.- Situación país: la situación que viven los ciudadanos es dramática, a tal punto que ha provocado la salida del país de miles de compatriotas. La criminalidad ha ganado espacio en los barrios y en el comercio, afectando gravemente la actividad y provocando en muchos casos el cierre definitivo. Muchos endosan al correísmo ser parte de las causas por su política de fronteras abiertas y la terminación del acuerdo de la base de Manta. Noboa en este tema era completamente inmune, nadie lo puede señalar, y entre las dos opciones representaba la opción de esperanza de toma de medidas para atacar el núcleo esencial del problema.

2.- Asesinato de Fernando Villavicencio: este acto criminal, muy sensible para la ciudadanía, marcó la agenda tanto de la primera vuelta como en la segunda vuelta (con el asesinato de los detenidos por el caso). Daniel Noboa nunca usó el tema políticamente; su única manifestación fue de solidaridad con la familia y declaró el apoyo para que la investigación sea imparcial. El manejo del caso por la otra opción terminó de movilizar los votos de Villavicencio hacia Noboa.

3.- El techo de acero: bien se ha dicho que el correísmo tiene un voto base muy fuerte y leal que abarca los 33 puntos. A partir de ahí, el crecimiento se vuelve cuesta arriba y ni se diga a partir de los 45 puntos. Es que el error táctico de la estrategia de campaña de la revolución es dirigir su discurso en primera vuelta hacia su base leal con grandes ataques a los opositores, con lo cual en segunda vuelta les resulta muy complicado obtener aliados, todos atacados previamente. Otro de los factores del techo de acero es el propio expresidente Correa; él quita protagonismo a sus candidatos,

se convierte en el candidato virtual que destruye todo discurso reconciliador que en campaña pretendan transmitir. Al voto joven no le gusta el discurso de venganza y odio, y se aleja.

4.- Daniel Noboa: por supuesto, otro de los importantísimos factores del triunfo es el propio candidato, su joven imagen, su preparación académica y su valentía de haber tomado este camino. Pese a no ser un gran comunicador, conectó con el electorado, a veces con sus frases de pocas palabras, a veces con su silencio, muchas veces con sus redes y comunicación digital, otras veces con el recuerdo de su padre y la labor de su madre, y muy especialmente también a través de su carismática esposa, quien supo acompañar la comunicación. También respalda a Daniel su participación acertada en los debates, su discurso conciliador lejano de la confrontación y el haber logrado ubicar en su imagen la esperanza de cambio generacional en la política.

Daniel Noboa tiene un camino complejo, pero no imposible. Se pueden hacer cambios en pocos meses. Todo dependerá de su equipo, que deberá dividir los frentes en al menos cuatro grupos: el político, el económico, el de seguridad y el de salud. (O)