¿Dónde radica el poder, el de verdad, en Ecuador? Salta la pregunta cuando estamos al borde de elegir un Gobierno y una Asamblea Nacional de transición, para administrar 16 meses un país que por décadas no ha podido resolver problemas elementales. Un país que ahora sufre una escalada de violencia que parecía inevitable, dado el vecindario latinoamericano o por la gigantesca capacidad corruptora de actividades mafiosas que ganan cotidianidad.
¿Estará en Carondelet el poder? Difícil creerlo. Las evidencias en casi 45 años desde el retorno a esto que llamamos democracia marcan que la fragilidad de quien gana las elecciones ha sido alta y que los que han podido completar su período y en un caso hasta reelegirse, optaron por la represión que les permitió imponer criterios y acciones, a ratos buenas, a ratos perjudiciales, para el país. El poder Ejecutivo es una especie de biombo detrás del cual se amparan una serie de funcionarios nunca vistos en las papeletas, cuya prioridad es viabilizar la inversión pública con precios de Dubái y calidad de Haití.
¿Estará el poder en la Asamblea Nacional? Si aceptamos la frase “No me dejan gobernar” que justificó la muerte cruzada dictada por el presidente Guillermo Lasso, podríamos creer que los legisladores son superpoderosos. Quienes hacemos análisis político sabemos que allí todo funciona en bancadas, donde se exige la “disciplina partidista”, que no es otra cosa que cumplir sin chistar la voluntad del líder de cada partido. Entonces la cuota de poder legislativo real radica en las cuatro casas de quienes mueven los hilos.
¿Serán las Cortes el epicentro del poder? Tibio, tibio. Décadas atrás bastaba con que se dicte una prisión preventiva para que, advertido por sus contradictores, el incómodo para el poder tenga espacio de irse del país y evitar la cárcel. Hoy la situación evolucionó, las Cortes tienen el poder de paralizar procesos políticos y de liberar a los que son y a los que no, dependiendo de intereses políticos y económicos, lo que ha generado un mar de impunidades y ahondado la inseguridad.
Sucesos recientes permiten concluir que una... ración del poder está operando desde los penales...
¿Y entonces, el escenario empresarial tiene el poder? En buena medida, sí. Y es algo que ha ganado enorme normalidad en el mundo, con países desarrollados que defienden a dentelladas a sus corporaciones. Los intereses económicos han motivado importante actividad política para, desde el Estado, volverse guardianes de las inversiones y sus réditos.
¿Estará el poder en las cárceles? Sucesos recientes permiten concluir que una importante ración del poder está operando desde los penales, con una fórmula ya probada en países latinoamericanos. Desde allí, sin mayor contratiempo, se controlan negocios ilegales, se manipula a autoridades, se ajustan cuentas y se calientan las calles, con terror, cada vez que alguno de los grupos recluidos tenga alguna exigencia. Y mientras las autoridades muestran las armas y municiones requisadas para evitar que se sigan matando por territorio, por otra puerta de los penales sigue entrando material de guerra ya que nadie confía en nadie.
Estas son las cinco posibles facetas del poder que caben en este artículo. Reflexione, revise las suyas y, solo después, vaya y vote. (O)