Para la elección de contralor general del Estado se presentaron 103 candidatos. Solamente 48 concurrieron a dar la prueba escrita, siendo este el último paso para definir al ganador del concurso público que lleva a cabo una comisión ciudadana designada por sorteo por el CPCCS.

Querido lector: Si usted lee editoriales es una persona que pertenece a una minoría más informada que el promedio del país. ¿Conoce usted realmente cómo se nombra al contralor? ¿Sabe usted cuántos ciudadanos integran esa comisión y cuál es su función, cómo se realizó el sorteo para la misma y si es transparente? De hecho, algunos miembros del CPCCS cuestionaron el proceso del nombramiento de esa comisión ciudadana por falta de transparencia.

Corte Constitucional destituyó a Alembert Vera del Consejo de Participación Ciudadana

Pero además hubo críticas respecto del examen: que era absurdo, con preguntas desactualizadas y repetidas y con errores.

La ciudadanía no entiende este proceso, ni participa realmente. Es tan engorroso y alambicado que genera desidia para tratar de entender qué está realmente pasando.

Y en este proceso la comisión, lejos de ser una representación de la ciudadanía, puede ser una representación de grupos políticamente organizados que buscan otros intereses.

La “maravillosa Constitución de Montecristi”... nos ha metido en este verdadero vía crucis... para nombrar al contralor.

Luego del examen, el CPCCS evalúa finalmente a los aspirantes. Pero la comisión ciudadana ahora cuestiona al CPCCS: lo acusa de estar interfiriendo en el nombramiento. A su vez, el CPCCS ha hecho una denuncia a la Fiscalía sobre dos de los miembros de la comisión. Y para hacer más imposible la cosa, un juez de Samborondón ordenó la suspensión del proceso por una acción de protección presentada por una postulante.

La “maravillosa Constitución de Montecristi”, so pretexto de hacer que “el pueblo elija a las autoridades de control”, nos ha metido en este verdadero vía crucis, en esta aberración para nombrar al contralor.

¿Quiénes reemplazarían a los consejeros del CPCCS si la Corte Constitucional los destituye?

¿Cómo era antes cuando la “perversa partidocracia” lo escogía? Simple: ante los ojos de todo el Ecuador, el presidente de la República presentaba una terna de ciudadanos probos, que se volvían visibles a todos los ecuatorianos antes de que el Congreso eligiera a uno de ellos. Luego, el Legislativo discutía abiertamente y ante la mirada de todo el país cuál y por qué debía ser alguien de la terna el contralor y se escogía a uno de los candidatos. Si vemos los nombres de quienes fueron contralores en esas épocas, que los gestores de Montecristi consideraban “oscuras”, encontraremos a ciudadanos intachables, que ocuparon el cargo. Nombres como Federico Intriago Arrata, Ángel Felicísimo Rojas, Ruperto Alarcón Falconí, Víctor Hugo Bayas Valle, Rafael Armijos Valdivieso, Solón Espinoza, Hugo Ordóñez, Osvaldo Molestina, Juan Carlos Faidutti son parte de esa lista extensa de ilustres ciudadanos que por espacio de esta columna no puede estar completa.

Y jamás la Contraloría fue presa de escándalos, mientras que ahora que “el pueblo nombra” esa institución ha estado en el ojo del huracán como nunca antes en la historia.

La farsa de la Constitución de Montecristi no puede seguir siendo la camisa de fuerza que, entre otros factores, impide que este país salga adelante. (O)