Los Estados Unidos de América tendrán elecciones presidenciales este 5 de noviembre. En la misma elección se renovará toda la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. Las posiciones anticipadas respecto a la migración hechas por el candidato Donald Trump, quien ganó las elecciones primarias del Partido Republicano, han generado preocupación entre los migrantes y en los gobiernos de muchos países.
Trump, un empresario exitoso, incursionó en la política y ganó las elecciones presidenciales del 2016. Su propuesta de “Primero Estados Unidos” (America First) cautivó a un segmento importante de votantes, que se sintieron afectados por los procesos de apertura comercial y que perdieron sus empleos por la incapacidad de sus empleadores de competir con otros países.
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La administración del expresidente Trump tuvo que enfrentar la pandemia y sus políticas distanciaron a muchos de los países socios y aliados de los Estados Unidos, además puso a su país en posiciones adversas con muchas organizaciones, en especial la ONU.
En las elecciones del 2020, fue derrotado por Joe Biden. Trump no aceptó su derrota y acusó a Biden de “robarle” la presidencia. Tanto fue su enojo que el 6 de enero de 2020 fomentó un ataque al Congreso, para impedir la confirmación de Biden. Trump tiene varias acusaciones criminales presentadas desde el 2017 al 2021.
El tema migrante es uno de los más sensibles en la campaña electoral y es objeto de uso con tintes populistas y hasta xenofóbicos.
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Trump se refiere a los migrantes no documentados diciendo que “no son personas, son animales”. Ha dicho que no permitirá que los hijos de los migrantes nacidos en los Estados Unidos adquieran la nacionalidad estadounidense y que enviará al ejército a encontrar y deportar a 20 millones de migrantes.
Muchos dirán que solo son declaraciones electoreras, pero, en realidad, reflejan un sentimiento profundo de animosidad contra los migrantes, provengan de donde provengan. El retorno de 20 millones de migrantes crearía un problema insostenible en los países de origen. Muchos de los migrantes huyen de serios problemas sociales y económicos, y de la inseguridad que produce el consumo de narcóticos por parte de los ciudadanos de los países desarrollados. Hay una responsabilidad compartida en este y muchos temas más.
La expulsión de 20 millones sería una crisis humanitaria sin precedentes. Además, traería como consecuencia la reducción de las remesas que envían los migrantes a sus familias y que dinamizan la economía de los países de donde provienen.
De acuerdo con datos de las Naciones Unidas, en el 2020 el 15 % de la población de los Estados Unidos correspondía a migrantes (50,6 millones). Actualmente, cerca del 12,5 % de la población en los Estados Unidos tiene más de 65 años. La migración lo que ha hecho, en la práctica, es reemplazar la falta de nacimientos ya que hay más personas adultas mayores que niños naciendo.
El Ecuador haría bien en mirar con cautela estas expresiones y buscar soluciones dentro del Diálogo Político Bilateral que tiene con los Estados Unidos. (O)