“Nadie se resiste a una historia bien contada”. La frase no es mía; se la escuché años luz a Benjamín Ortiz, cuando compartíamos sesiones de trabajo en un recordado medio. Y se me quedó. Y la repito cada vez que cabe, sobre todo en estos días en que el Chat GPT, Meta y, más recientemente, Apple Visión hacen creer a muchos que ya no necesitan a quien les cuente bien la historia, sino que ellos mismos pueden tomarlas, como es o como quisiera que fueran, en el avance de la versión self service de la información.
“Sobreviven los que se adaptan a los cambios”. Esta otra frase obviamente tampoco es mía: es del sabio inglés Charles Darwin, que si hubiera vivido en los actuales tiempos de los memes, habría sido objeto de las mayores burlas cuando reveló el resultado de sus estudios hechos en medio de la fauna de nuestras islas Galápagos. Frase que también tengo presente y en la que creo absolutamente. Y la repito de igual manera cada vez que cabe, lo que en la realidad virtual se está volviendo más frecuente.
Frecuente porque ahora mismo el mundo asiste al giro más importante desde la era industrial, y lo asume con la frialdad y hasta apatía que dejó en muchos la pandemia que no termina de terminar.
Las redes sociales, para desencanto de muchos, ya no son la última frontera. Mark Zuckerberg, el chico que se hizo megamillonario creando productos que acercan y, sobre todo, satisfacen vanidades; puso el límite mucho más allá, con salto de garrocha, al presentar su aclamado Meta, el reino del metaverso, de los avatares, donde todos los deseos toman forma virtual y te hace supuestamente autosuficiente.
Pero parecería que en lugar de salto de garrocha fue un salto al vacío, seguro de que llegaría a tierra firme. Terreno que le mueve y fuertemente ahora mismo Apple, la empresa que “no tenía futuro” tras la muerte de su creador, Steve Jobs, y que acaba de hacer girar las expectativas hacia sus anunciadas megagafas, para el 2024: Apple Visión.
Es la guerra digital que ya está... Todos somos protagonistas inconscientes... Sobreviviremos solo si nos adaptamos...
¿Diferencias y semejanzas? En lenguaje sencillo, Zuckerberg propuso a quienes habían estado en aislamiento por el coronavirus un mundo que escapara de la realidad. Sonaba bien, a no ser porque implica un traslado definitivo al ecosistema virtual, que la sociedad parecería no estar dispuesta a aceptar aún, a pesar de brotes como los de Corea del Sur, donde chicos de 15 años viven aislados del mundo en sus dormitorios y sus padres buscan ayuda terapéutica para sacarlos a tomar el sol.
El Apple pos-Jobs ha ido más lento. Aprendió de los errores de Meta: le dio la vuelta al mensaje de escapismo para hablar del encuentro entre el mundo físico y el mundo virtual, con una frontera menos lejana y que plantea enriquecer la realidad antes que el aislamiento digital. Una opción mixta que no invente, como su rival, un espacio virtual para que la gente haga su trabajo, sino entregar las herramientas para que el portafolio de soluciones que ya tienen en sus smartphones, tabletas o laptops puedan ahora tenerlo literalmente ante sus ojos.
Es la guerra digital que ya está, de la que todos somos protagonistas inconscientes. A la que sobreviviremos solo si nos adaptamos a los cambios. (O)