Mañana se inicia en Washington la primera Cumbre de Líderes de la Asociación de las Américas para la Prosperidad Económica (APEP), donde el presidente Joe Biden reafirmará el compromiso de los Estados Unidos con nuestra región en torno a tres prioridades concretas: crecimiento económico, desigualdad social y migración irregular.

Este diálogo hemisférico representa para nuestro país la oportunidad de comprometer alianzas de inversión y cooperación internacional necesarias y urgentes y, al mismo tiempo, concretas y viables.

Nuestro hemisferio continental adolece de una desintegración intrarregional caracterizada por la fragmentación, la polarización política-ideológica y la dependencia dual hacia los Estados Unidos y China, que obliga a cada país latinoamericano a definir prioridades estratégicas de política exterior en constante tensión. Sin embargo, compartimos una realidad común: la contracción estructural de crecimiento económico, la región registra un crecimiento medio del 1,3 %; la profundización de la desigualdad social, 207 millones de personas se encuentran en situación de pobreza por ingresos, lo que representa el 32,4 % de la población en la región; y la incapacidad de contener los crecientes flujos migratorios: la suma de migrantes en los países de América asciende a 73,5 millones de personas.

En este primer diálogo, Estados Unidos propone un programa hemisférico hacia la prosperidad económica; en el que alinea su política industrial hacia la descarbonización progresiva del sistema productivo con su programa de inversiones y cooperación económica. Para potenciar la competitividad regional, se fortalecerían los vínculos comerciales a través de las cadenas de suministros con estándares de sostenibilidad y diversidad, que fomenten la creación de empleo, la transición hacia el empleo formal y la inversión en la formación de nuevas capacidades para la fuerza laboral; así como la protección medioambiental, para acelerar la transición hacia energías limpias y la eficiencia energética. Un crecimiento económico sostenible e inclusivo que permita crear las condiciones necesarias de bienestar en cada país, y así reducir los flujos migratorios en la región.

En el contexto de la Cumbre, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en asociación con los Estados Unidos, adelanta hoy un encuentro multilateral sobre inversión responsable, orientado a movilizar financiamiento público y privado para proyectos de infraestructura sostenible de las cadenas de valor en tres industrias estratégicas y prioritarias: semiconductores, energías limpias y suministros médicos. El Banco recientemente anunció una herramienta de financiamiento que recompensa a los países por alcanzar estándares sostenibles; en una primera fase se concederá hasta $ 1.000 millones en préstamos, a un máximo de 10 proyectos, que se beneficiarían de hasta el 5 % de subvención por alcanzar objetivos ambientales.

Esta cumbre representa una nueva oportunidad para establecer una responsabilidad continental compartida, que se diferencie por el pragmatismo constructivo de un liderazgo político menos demagógico y más orientado a resultados. (O)