“Sería nefasto que alguien que no comulga con la visión del presidente llegue al poder”, ha manifestado el viceministro de Gobierno, Esteban Torres, como vocero oficial de la administración; con lo dicho por el funcionario no ha dejado nada para la imaginación en el enfrentamiento entre el presidente de la República, Daniel Noboa, y la vicepresidenta, Verónica Abad.

En realidad, el viceministro no ha hecho sino continuar con lo expresado por el propio presidente anteriormente, pero ha señalado vías con las que se intentaría que la vicepresidenta no pueda ejercer el reemplazo transitorio, de pocos días, si el presidente –como ya lo ha anunciado– se presentara a las próximas elecciones presidenciales.

Ha hecho referencia, el funcionario, como una de las causales a la cuasi universal campaña adelantada de todos los candidatos antes del pito del árbitro, el Consejo Nacional Electoral, y con lo cual ha denunciado al denunciante ante el Tribunal Contencioso Electoral. También, la vicepresidenta tenía que presentar su versión en la investigación contra su hijo. El temor del viceministro es el de que la vicepresidenta realice algo contrario a las acciones del Gobierno. Entonces, está adelantando una hipótesis, y menciona que, en ese intervalo, consideran encargar el reemplazo a un ministro, lo que es el anuncio formal de una violación constitucional. El viceministro es abogado y sabe que su criterio de que “sería nefasto” no es causal constitucional para una destitución. Además, es muy fácil que el presidente, al reasumir el cargo, declare nulos los decretos de la encargada que le parezcan inconvenientes.

Este problema se lo creó el propio presidente y debería evitar comprometer al país en una nueva crisis de gobernabilidad en la que él mismo será el perjudicado, lo que puede tener incidencia en muchas cosas, incluida en el juicio ante la Corte Internacional de Justicia en el diferendo con México. Este país dirá que fue por su carácter autoritario que ordenó la toma de la embajada de México. Las Organizaciones Internacionales de Derechos Humanos han empezado ya a impugnar las declaraciones del viceministro, y eso tiene mucho peso en la opinión pública mundial.

El presidente de la Asamblea Nacional, en su discurso del 24 de mayo, señaló que el Ecuador necesita de gobernabilidad. Es, pues, su hora de actuar y evitar los tortuosos procedimientos para el enjuiciamiento político de un vicepresidente: primero, una causal válida, creíble, para que la Corte Constitucional declare la admisibilidad del enjuiciamiento; siguen los debates, y, sobre todo, la consecución de los votos necesarios para obtener la destitución. Un vía crucis, un caos, como el que acabamos de vivir.

No conozco a las personas envueltas, pero debemos pedirles una tregua en sus odios. Hay cosas más graves que solucionar. La violencia continúa; todos los días conocemos de macabros asesinatos. En la prensa francesa, la famosa Charlie Hebdo afirma que el Ecuador ha reemplazado a Colombia como el principal exportador de cocaína; un inmenso perjuicio para la seguridad y el honor nacionales. (O)