Paolo Guerrero, goleador de la selección de Perú, tuvo un corto pero exitoso paso por el fútbol de Ecuador, donde la temporada 2023 fue campeón de Liga Pro y Copa Sudamericana con Liga de Quito.

El Depredador arribó en agosto pasado al club blanco y su contrato terminó el 31 de diciembre, y aunque había expresado su intención de continuar, al final no renovó su vínculo.

El 2 de febrero, Universidad César Vallejo de Perú anunció el fichaje del atacante de 40 años, y horas después su madre, Petronila Gonzales, doña Peta, como es conocida, comenzó a recibir mensajes extorsivos a su teléfono celular.

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De acuerdo con la prensa peruana, los extorsionadores serían parte de la organización criminal Los Pulpos de Trujillo, le pedían inicialmente ‘una cuota’ para que no le pasara nada durante su estancia en Trujillo.

“Habla, tía Peta, mándale este recado a Paolo, que acá el norte es nuestro y que vaya acomodándose a nuestro ritmo. Queremos que nos haga una colaboración a la organización, caso contrario, así esté con diez guardaespaldas, lo vamos a topar y luego se lamentará de las consecuencias. Que nos llame alguien a dar una solución y si se apega a la policía nos vamos a enterar, volaremos número y la próxima comunicación va a ser cuando le hagamos un atentado”, dice parte del chat.

“Somos la organización que está detrás de la mayoría de asesinatos y secuestros en Trujillo. Depende de Paolo si quiere que su estadía en Trujillo sea pacífica o aterradora”, añadió la amenza.

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Por su parte, César Acuña, presidente de Universidad César Vallejo, justificó al delantero. “A Paolo yo lo entiendo. El mismo día que se firmó el contrato, los delincuentes amenazaron a su mamá. Creo que está meditando, evaluando. Es su familia o es el fútbol. Teme por su seguridad, entonces no quiere exponerse y yo haría lo mismo en caso fuera mi familia”, dijo. (D)