Desde el comienzo del episodio de este martes 14 de marzo, los concursantes vivieron la adrenalina de un último reto de equipos. Las famosas chaquetillas, también llamadas filipinas, fueron entregadas a los seis mejores cocineros aficionados del Ecuador.

Johanna León lloró por alcanzar esta meta, pues se la dedicó a su fallecida sobrina. Victoria Patiño la recibió con una sonrisa de oreja a oreja y Jamil Faour dijo que reflejaba el esfuerzo que pusieron durante toda la temporada.

Erika Vélez le dio la opción al Top 6 de escoger sus equipos, y enseguida Jamil agarró con un brazo a Henry Alvarado y con el otro a Johanna. Eso dejó a “la diabla y la diablita” con Raúl Calle, a quien no le quedó más opción que cocinar con las “fiu fiu”.

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Cuando ya estaban listos para escuchar las instrucciones, Erika les dijo que habría un tercer equipo que estaba conformado por “lo mejor de lo mejor de las tres temporadas anteriores de MasterChef Ecuador” recibiendo en las cocinas al exparticipante, Germán Vivanco, al ganador de la segunda temporada, Roberto Ayala y a Andrés Arrata, campeón de la tercera temporada.

La capitanía de este equipo cuyo color asignado fue el verde, la lideraba Germán, quien no ganó cuando concursó pero igual es recordado por su bigote, personalidad y habilidad en las cocinas. “Dejé parqueado un ratito el avión para venir a retarlos, hoy vamos a divertirnos y a dejar todo en la cancha para dejar las viejas glorias de MasterChef en alto”, dijo Roberto entre risas.

Es la primera vez que el reality de cocina incluye a excocineros en uno de los episodios, lo cual tenía a los integrantes del equipo naranja y verde realmente soprendidos. “Este es un duelo inolvidable, nunca ha pasado en las cocinas de MasterChef esto, es algo shraro, al mismo tiempo te da ganas de dar lo mejor de ti ¿Puedo ganar a lo mejor de lo mejor de todas las tres temporadas, le podemos ganar a los jueces?”, se preguntó Henry.

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Pero ahí no acabaron las sorpresas, un último equipo entró por las puertas, conformado por nada más y nada menos que Jorge Rausch, Carolina Sánchez e Irene González, vistiendo delantales amarillos en representación de un último y cuarto equipo. “Tengo que decir que se ven las cosas distintas”, expresó Caro, quien por primera vez estaba con los otros chefs detrás de las cocinas y no adelante como jueces.

Muchas risas inundaron el lugar pero Erika les cortó la emoción: “Hoy van a cocinar para cinco comensales y van a tener que hacer cinco platos fuertes con un ingrediente. El ingrediente lo vamos a decidir en el reto de capitanes. Irene ( equipo amarillo ) vas a competir contra Alexandra ( equipo naranja), Jamil ( equipo azul ) y Germán ( equipo verde ).

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“Póngale la yema al huevo” se llamó el reto; tenían que ir vendados a colocar la yema en el centro de un dibujo de huevo que les esperaba al frente. Jamil salió aventajado al seguir las instrucciones de Henry y fue el segundo en escoger el ingrediente secreto; pero los verdes le ganaron así que pudieron pasar adelante primero y escoger un magret de pato, ingrediente que fue el mismo para todos los equipos.

Un minuto de estrategia se les regaló a los equipos para planear su menú, en cambio a los chefs, 50 segundos. Luego tuvieron tres minutos en la despensa y los jueces se la pasaron riendo pues no sabían dónde estaban ubicados los productos. Todos los integrantes del equipo verde y equipo amarillo quedaron encerrados en la despensa cuando se acabó el tiempo y de castigo les obligaron a trabajar los primero cinco minutos con una sola mano.

Una vez iniciado el reto, tuvieron 60 minutos para sacar los cinco platos. Eso no impidió que los chefs visitaran las estaciones de los concursantes, como de costumbre. Allí supo Rausch que el equipo azul estaba empleando una de sus recetas con ciruela.

“Nuestro plato tiene mucha identidad ecuatoriana, porque estamos volteándolo a un seco; tenemos todos los sabores de un seco, con un magret de pato yo creo que nos va a ir muy bien”, dijo Germán en representación del equipo verde.

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Faltando 30 minutos, Henry se animó a agitar las aguas, fue hacia el delantal dorado y se lo ofreció a Rausch, quien gustosamente le quitó la capitanía a Irene. Luego, para vivir la experiencia del sillón y generar drama fue a sentarse hasta que sus compañeras le pidan perdón y que regrese. “Creo que los chefs están aprovechando para reirse de Ernesto de la tercera temporada”, dijo Jamil, refiriéndose al excocinero recordado por dicho episodio.

Terminado el tiempo, se revelaron quiénes eran los comensales de la noche, conformados por cocineros eliminados de esta temporada: Sara Arana, Iskra Saltos, Sol Vargas, Santiago Barzallo y Sonnia Vásquez. Sin saber quiénes integraban los equipos, Erika les dejó en claro que debían calificarlos del 1 al 10 y felices comenzaron a recibir los platos.

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Al equipo amarillo lo calificaron como salado y con una piel crocante con un puré de camote sedoso. Al equipo verde le faltó un poco de cocción a la proteína y el cocolón fue lo mejor del plato, según ellos. “Nunca había probado maduro con pato y sí me sabe raro pero está rico, diferente”, opinó Sol.

Luego llegó el turno del equipo azul que presentó un magret de pato acompañado de ñoquis, durazno y queso con salsa. Los ñoquis delataron a Jamil como integrante de ese equipo, pues es un tipo de pasta que ha presentado muchas veces en las cocinas.

“No hay mucha creatividad pero es de Jamil, he visto ese plato como unas seis veces en la competencia”, dijo Santiago sin saber con certeza si se trataba de él. Las reseñas de este plato fueron que la piel estaba crujiente, tenía una buena salsa y así se convirtió en el mejor de los tres que habían probado hasta el momento.

Por último sus paladares probaron la creación del equipo naranja. Santiago al parecer se dio cuenta que Victoria estaba en este equipo pues señaló que le gustaba el emplatado, y ella es conocida por decorar muy bien sus preparaciones; otro factor que la delató fue la papa.

A este pato se le pasó la cocción, señalaron los cinco. “Lo único que estaba medio rico por ahí fue la papa”, opinó Sonnia. Iskra dijo que la salsa estaba muy espesa y Sara expresó que el sabor del pato no le gustó.

Finalmente enviaron sus puntajes y no hubo victoria en este reto. “Todos hicieron buen trabajo así que es un empate técnico”, sostuvo Santiago. Los concursantes tendrán que cocinar mañana de nuevo para determinar quién está en riesgo de eliminación. La jornada terminó con un abrazo grupal. (E)