Luego de recibir la vacuna contra el COVID-19, hay quienes se ven afectados por sus efectos secundarios, que pueden ser dolor de cabeza, fiebre, dolor muscular, náuseas, cansancio, entre otros. Estos generalmente duran pocos días.

Sin embargo, las reacciones de cada persona a la vacuna son distintas y dependen de diferentes factores. Según especialistas, esto también está relacionado con la alimentación, por lo que cuidar lo que se come podría ayudar a disminuir el malestar.

En una publicación de la revista Semana, la nutrióloga Maritza Gómez indica qué alimentos pueden ser de ayuda. “En la dieta de la mañana a la noche hay que tener presentes alimentos ricos en vitamina C, además de verduras verdes y muchos calditos de pollo y res”.

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Estas preparaciones pueden ayudar a regular la temperatura corporal y eliminar la sensación de fiebre, debido a que están calientes; además, son buenas para el organismo por su alto contenido de proteínas.

Efectos secundarios como dolor en el brazo del pinchazo: ¿por qué me sentí mal tras recibir la vacuna?

Las uvas, guayabas y manzanas también pueden contribuir a mejorar los síntomas que se presentan luego de vacunarse, debido a que poseen propiedades desinflamatorias naturales gracias a su contenido de fitoquímicos, como carotenoides, flavonoides y otros polifenoles. Así podríamos ayudar a disminuir la inflamación que puede haber en las articulaciones.

Información difundida por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.

La experta manifiesta que con el malestar pueden presentarse antojos de comida alta en calorías, como pizza o pollo frito, pero recomienda evitar estos alimentos y recordar que una dieta equilibrada nos ayudará a tener un organismo fuerte contra el COVID-19”.

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Qué significa no tener síntomas después de la vacuna contra el COVID-19

No obstante, en realidad no existe ningún tipo de limitaciones en cuanto a lo que se come luego de vacunarse, señala una especialista en un artículo publicado por diario El Comercio de Perú.

En cuanto al alcohol, no existe evidencia científica que compruebe que consumirlo de manera moderada reduce la eficacia de las vacunas actuales contra el COVID-19. Pese a esto, la nutrióloga asegura que tanto el alcohol como las drogas tienen efectos inmunosupresores, deprimen el sistema inmunológico.

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La protección máxima de las vacunas contra el COVID-19 empieza días después de recibir la segunda dosis

Además, indica que hay que tener en cuenta que al beber alcohol se pueden confundir los efectos secundarios o potencializarlos, ya sea del alcohol como de la vacuna, ya que en ambos casos puede haber dolor de cabeza, náuseas, alteración de la consciencia, entre otros. (I)