Nota del editor: Estimado lector esta información es parte de nuestro contenido premium preparado al finalizar el 2023. En su contenido encontrará los hechos destacados de este año y por ello el acceso lo hemos dejado abierto.

El año 2023 termina con menor crecimiento de lo esperado, un enorme déficit fiscal y un volumen de atrasos que seguirán pesando hacia el futuro. Este año de cambio de gobierno, por la muerte cruzada, muestra que en 2023 se accedió a las presiones sociales y se dejó por fuera los ajustes. Mauricio Pozo fue ministro de Economía en plena pandemia y así lo analiza: El país debe tomar decisiones políticamente difíciles para empezar a salir del problema del deterioro de la economía, pero no se sabe si el Gobierno de año y medio estará dispuesto a hacerlo.

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¿A su criterio cuáles son los factores que han marcado este año en el tema económico?

Veamos los indicadores más gruesos: el país no va a crecer este año. El PIB crecería cerca al 1 % pero la población crece más rápido: al 1,4 %, por lo que en términos reales el resultado es negativo. A este ritmo de crecimiento el empleo no se puede recuperar. Si comparamos con los indicadores prepandemia, la economía no ha mejorado, estamos peor. Antes de la pandemia estábamos manejando déficit de $ 5.000 millones, cuando el presidente Lenín Moreno anuncia su plan se empezó a corregir el tema fiscal. Pero ahora terminamos el año de la misma manera que en 2018 y 2019. Adicionalmente, tenemos un menor acceso a financiamiento, las reservas que estuvieron en $ 9.000 millones han caído a $ 5.000 millones. Hay un deterioro en todos los temas que le menciono. Esto no es un buen resultado.

Mauricio Pozo, exministro de Economía y Finanzas, realiza una evaluación sobre la economía en el 2023. Foto: MEF

La economía del país estuvo acompañada durante todo este tiempo por el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero al final no hay un buen resultado, ¿qué falló?

Su punto es válido e importante. El país por el problema de la pandemia entra en una crisis difícil, ya estaba complicado, sin reservas, sin espacio fiscal, con sobreendeudamiento, sin apoyo internacional. Atenuar la crisis por la pandemia habría sido muy difícil sin el acuerdo con el FMI que se suscribió en junio del 2020. Este nos permitió recibir recursos, yo ingresé en los últimos días de octubre y producto de este acuerdo se recibió $ 4.000 millones, aparte de los recursos que facilitaron los multilaterales. Así, le metimos $ 6.500 millones en un trimestre en la economía. Si esa plata no ingresaba el problema hubiese sido peor. Al cambiar el Gobierno, durante la administración de Lasso, el programa se completó, en su primera gestión. Entonces creo que el programa sí sirvió. Pero ya en un segundo momento, no hubo perseverancia y el Gobierno comenzó a descuidarse. Así, el Gobierno de Lasso quitó de la carpeta la reducción de los subsidios de los combustibles, y también ‘sin ton ni son’ quitó la reforma tributaria que se había conseguido. Todo empezó a desordenarse, a tal punto que en 2023 el ingreso fiscal cae en el 8 % y el gasto en el 9 % y por eso tenemos un déficit de más de $ 5.000 millones. Nos sirvió el programa con el FMI, pero luego se abrió la mano. Esto, por su puesto, le quita fuerza a los programas con los multilaterales, le resta credibilidad.

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Pero el Gobierno abrió la mano sobre todo por la violenta protesta social, ¿había otra alternativa?

Si esta decisión hubiese sido buena y hubiese mejorado la situación, también hubiese ayudado a evitar las presiones políticas. Pero lejos de ello, a pesar de esas medidas le fue mal políticamente, si no, no hubiese desembocado todo en la muerte cruzada. Manejar la economía en orden no es incompatible con el tema político.

Indicadores en resiliencia en una economía que no crece como se esperaba

Ahora, ya en el gobierno de Daniel Noboa, uno de los rasgos más característicos ha sido el incremento del riesgo país. ¿Qué pasó?

Los mercados leen los temas de manera clara. En el gobierno de Lasso veían la falta de viabilidad política, no tenía apoyo en la Asamblea, no tenía apoyo popular, se empezaba a desbordar el gasto público. Les preocupa que todo se haya desordenado, peor aun cuando hubo un acuerdo exitoso con el FMI. Los atrasos son una manifestación de ese desorden. Entre tanto, el presidente Daniel Noboa gana las elecciones y se encuentra con el poder. No le quito mérito, pero se encuentra con el poder y empieza a armar el equipo y hasta este momento, en el que ya tiene un mes sentado, no tiene plan económico. La ley tributaria no era tan importante, preferible se hubiese mandado la ley laboral. Pero no hay un programa económico. Este plan es algo integral en el que hay metas del sector monetario, del sector externo, que tenga instrumentos, tenga responsables y fechas. Más aún si tiene un año cinco meses de gobierno. Esto leen los mercados. Los multilaterales quieren ayudar, pero quieren ver el programa. Pienso que el presidente Noboa es inteligente, con buenas intenciones, pero está pensando mucho en el 2025. Si está pensando en que le afecta o que no le afecta estamos en problemas.

¿Cómo puede el Gobierno financiarse en este momento?

La forma de financiarse es no pagar deudas. Esto no es lo mejor, pues es abrir un hueco para tapar otro. Posiblemente en las siguientes semanas haya financiamiento emergente, se puede buscar tal vez una venta anticipada, se entregaría parte de la venta del oro al presupuesto (unos $ 300 millones). Sin embargo, no es mucho y lamentablemente la señal que se da es lo que más me preocupa. Es un uso de reservas y esto no huele bien. Había una línea de crédito por $ 900 millones para el fenómeno de El Niño, podrían usar esto para pendientes. La otra opción sería reducir los subsidios, veamos si toman alguna acción sobre el particular. Están pateando el problema hacia adelante, pero eso es acumular una bola, es una bola de nieve.

Inseguridad, apagones e inestabilidad jurídica, el ‘top 3′ de los impactos a las empresas que hicieron que 2023 sea un año difícil para producir

En el tema energético, estamos terminando el año con apagones, aunque se han suspendido por algunos días… ¿El tema petrolero, cómo se evalúa?

Bueno ha llovido bastante. Esto puede ayudar, pero más allá de eso, le voy a dar tres indicadores que muestran lo que ha pasado. Hace tiempo se fusionó Petroecuador con Petroamazonas, entre ambas empresas sumaban 10.000 empleados. Se diseñó un esquema para optimizar, pero un fallo de la Corte y dejaron a cero. Ahora la empresa petrolera sigue con 10.000 empleados, esto incide en la competitividad. El tema petrolero necesita recursos y si no tenemos eso debe haber inversión extranjera. Para este año estaba prevista una producción de 520.000 barriles, pero va a cerrar con 470.000 barriles. Puede haber obligaciones que pagar por arbitrajes que fallan en contra de Ecuador. En cuando al tema de apagones, lo evidente es que ha habido una muy débil gestión en el sector, no nos anticipamos al tema, no se hicieron los preparativos. A principios del año 2023 el Gobierno de Lasso dijo que no habría apagones, pero al final no estuvimos preparados para ello.

Pero hubo mayores gastos y menos ingresos…

No ha bajado nada el gasto, más bien ha subido. El Gobierno le va a responder que ha sido porque la Corte le dijo que aumente ese gasto. Es cierto, pero el trabajo del ministerio es ajustar, si por un lado crece el gasto, por otro debe ajustar. Para eso está, ese es el triste y amargo trabajo del ministro de Finanzas.

¿Cómo definiría este año en una frase?

Año de deterioro de la estabilidad macroeconómica sin crecimiento. Que no se malentienda que no hay salida. Sí hay forma de recuperación, pero las soluciones son políticamente difíciles: subsidios, poner techo del gasto público, reducción del Estado, pero no solo botar gente, ir a una reforma laboral, eso sí va a ayudar al empleo. Buscar una mejora en el tema de la Seguridad Social que representa un alto costo fiscal. También sería importante la renegociación de la deuda con tenedores y multilaterales. Si hace esto en 17 meses, le habrá puesto en rieles al tren del país. (I)