¿Tienes 19 años? Entérate de que este es el grupo de edad que más predomina en Ecuador en este 2024 con 325.003 personas de 17′893.324 que es la estimación total de habitantes, según las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

Pero debido a que la población de dos años o menos decrece en el país desde el 2010 y cada vez nacen menos bebés, los que están van envejeciendo y las estimaciones muestran que el grupo más numeroso en 2040 serán los que tienen 27 años, y en 2050, los de 37.

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”La población del país creció a un menor ritmo que lo estimado hace doce años”, indica el INEC, debido a que las mujeres tienen menos hijos.

La tasa global de fecundidad -número de hijos promedio que tienen las mujeres- pasó de 6,83 en 1950 a 1,86 en 2022. De esto se determina que habrá un menor ritmo de crecimiento al 2050.

Se acerca el año en que Ecuador tenga más personas mayores de 60 años que menores de 15, ¿cuándo ocurrirá?

Es un indicador que está por debajo del nivel de reemplazo, que es el “umbral necesario para asegurar que la población no decrezca. Esto se logra con un promedio de 2,1 hijos por mujer”, indica un informe del organismo oficial de cifras.

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Las proyecciones muestran que los adultos mayores pasarán de 1′476.589 en 2024 a 3′728.757 en 2050, es decir, tres veces más.

Si esta tendencia continúa, todo señala que en 2043 habrá más personas mayores de 60 años de edad, las que sumarían 4′030.163, mientras que el grupo de 15 años o menos será de 4′023.821 en ese mismo año.

La población menor de 15 años empezó a disminuir cada año desde hace una década, en 2014.

Y la población joven, que incluye a los que tienen entre 15 y 29 años, iniciará su decrecimiento sin interrupciones a partir del 2033.

¿Cuál es la calidad de vejez que se tendrá?

La esperanza de vida va en aumento en Ecuador. En las mujeres subió de 48,5 a 80,5 años de 1950 al 2022. Y al 2050 se estima que se eleve a 85,5 años.

La esperanza de vida de los hombres pasó de 46,1 a 72,9 años entre 1950 y 2022. Y al 2050 se espera que llegue a 79,6 años.

Sin embargo, las personas que hoy tienen 35 años o más deberían preguntarse cuál es la calidad de vejez que tendrán, indican los especialistas.

Susana Herrero, directora del Centro de Investigaciones Económicas de la Universidad de las Américas (UDLA Ecuador), afirma que el país no termina de aprovechar plenamente el denominado bono demográfico que cada vez envejece más.

Este es un periodo en el que la población productiva en edad de trabajar (que tienen entre 15 y 64 años) supera a los habitantes dependientes, los menores de 15 años y a las personas de la tercera edad que tienen 65 años o más.

Al 2024 el porcentaje de personas en edad productiva es del 67 % frente al 33 % que son dependientes.

”Este es un tema que no se toma en cuenta pese a que es clave. La primera implicación de esto es que en algún momento no habrá para pagar las pensiones de los jubilados, pero a nadie le gusta escuchar que subirán los impuestos para poder pagarlas y a nadie le gusta oír que subirán las multas para quienes no pagan sus impuestos”, asegura.

Sin embargo, agrega la especialista, “todo el mundo espera que las pensiones se mantengan y aumenten, pero esto no ocurre de manera mágica”.

Si tenemos una población cada vez más envejecida, con menos posibilidades de generar valor agregado, llegará el momento en que no se tendrá la capacidad de pagar las pensiones de los retirados.

“Los países de ingresos altos son economías que generan un valor agregado enorme, entonces los estados de bienestar tienen un montón de recursos para poder destinarlos a los mayores de 65 años”, agrega, en Ecuador sucede lo contrario.

Japón, Corea del Sur y los países desarrollados de Europa aprovecharon su bono demográfico con procesos de industrialización y el desarrollo de la manufactura con la mano de obra joven que en su momento fue abundante.

De este desarrollo hoy cuentan con los recursos para enfrentar el proceso de envejecimiento de la población.

“Con economías tan débiles como la ecuatoriana, con un nivel de informalidad del 65 % al 70 %, no podemos pretender tener jubilaciones de países donde está entre el 3 % y 4 %, entonces la calidad de vida que hoy tienen los adultos mayores no la vamos a tener nosotros cuando lleguemos a la edad que ellos tienen porque el sistema no va a poder soportar pagar esas jubilaciones”.

Las últimas estadísticas laborales correspondientes al segundo trimestre de 2024 muestran que el 35 % de las personas en edad de trabajar (los de 15 a 64 años) que buscan empleo o lo tienen, es decir, son parte de la población económicamente activa, poseen un empleo adecuado, que implica el pago del sueldo mínimo de 460 dólares o más.

La mayor parte (65 %) está en el subempleo, tiene un empleo no pleno (con ingresos inferiores al salario mínimo) o está en el desempleo. De ahí que no se aproveche a la aún creciente masa laboral que hoy tiene menos dependientes, lo que debería generar una mayor prosperidad.

La Población Económicamente Activa (PEA) del país, que son las personas en edad de trabajar que tienen empleo o lo buscan, sumaron 8´427.808 en mayo de 2024, según el INEC, pero solo 3′281.334 cuentan con empleo que aporta para la seguridad social (39 %) en ese mismo mes.

Pese a la situación laboral adversa, aún hay tiempo para aprovechar el bono demográfico, afirma Herrero.

La proporción de personas en edad de trabajar frente a las dependientes empezará a reducirse levemente desde el 2036. La última estimación muestra que en 2050 la proporción sea del 65 % y 35 %, en su orden.

El problema es que el grupo que seguirá siendo mayoritario será cada vez más envejecido, ya que en ese año un poco más de la mitad de las personas en periodo productivo tendrán entre 40 y 64 años de edad.

“Hay que tomarse en serio la formalización de la economía y generar un verdadero estado de bienestar que sea capaz de responder a las necesidades en temas como la salud y la capacidad de generar los recursos”, agrega Herrero.

INEC ve un menor crecimiento de la población y mayor envejecimiento en Ecuador, según estadísticas de los últimos 12 años

Crecer en un hogar como hijo único genera un mayor sentido de individualismo

Antes de su análisis, el exdirector del INEC Byron Villacís advierte que la tasa de fecundidad está cayendo, pero considera que su reducción no es tan pronunciada como muestran las cifras estatales debido a la omisión censal, que son las personas que no fueron contabilizadas en el último censo. “Recordemos que no llegaron a los rincones pobres del país, donde las familias son más grandes”.

Más allá de las críticas sobre el resultado del censo del INEC, los cálculos publicados, añade Villacís, reflejan que el país vive tres transiciones demográficas.

La primera involucra a la administración pública respecto a cómo hacer que los adultos mayores tengan una fuente de ingresos para su seguridad social, porque hay cada vez menos gente trabajando, entonces el bono demográfico se hace cada vez más pequeño. “El fondeo para la seguridad social se está limitando”.

El segundo impacto es a nivel del mercado, porque los hogares son cada vez más unipersonales, lo que implica la necesidad de viviendas más pequeñas.

“El consumo va mutando hasta en los detalles más pequeños con la modificación de las ofertas. Un ejemplo es en el tema de paquetes para una persona, dos y, en el mejor de los casos, para tres personas”.

Los planes de estrategia de marketing se enfocarán en hogares más pequeños, lo que se evidenciará en las estanterías de los supermercados.

La tercera transición es en el plano ideológico.

“Los hogares tienden a ser cada vez más pequeños lo que fortalece esta idea de individualismo. Voy a tener un hijo, viviré solo más tiempo. Esto provoca en las sociedades también la idea de yo, el independiente, lo que ya es una realidad”.

Esta última tiene un impacto en la forma como ha estado organizada la sociedad.

Cuando se tienen hogares grandes con muchos hijos hay la tendencia a desarrollar estrategias más colectivas. “De colaborar entre hermanos, de ir a la escuela juntos, de cuidarse entre ellos, de participar en grupo”.

¿Qué pasa cuando se crece en un hogar con un solo hijo?

“Ese hijo concentra la atención y los recursos del hogar. Hay documentación en la literatura de demografía que asocia este tema al sentimiento de individualidad. Somos cada vez menos colectivistas y más individualistas porque los hogares están cambiando y hay una menor presión para trabajar en equipo”.

El sistema de seguridad social en Ecuador es público y lo maneja el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Uno de los principios que lo rigen es precisamente el de solidaridad, en el que los que más ganan ayudan a financiar las pensiones de los retirados que menos han ganado durante su vida laboral, lo que es cuestionado por algunos de los afiliados activos.

“Desafortunadamente se escucharán más de estas críticas. Y digo desafortunadamente porque somos una sociedad y estas viven en comunidades, en colectivos con procesos de solidaridad orgánicos, todo es relación, pero esto va en contradicción con esta tendencia al individualismo”.

Una de las soluciones para aprovechar el bono demográfico, dice Herrero, sería ampliar el número de empleos formales con salarios que permitan financiar el fondo para cuando los trabajadores se retiren. (I)