Padrino: “Es una persona que brinda asistencia a un joven en el marco de un sacramento que imparte el catolicismo. El padrino adquiere ciertas obligaciones morales vinculadas a la ayuda y a la protección de su ahijado”; igual, la palabra ‘padrino’ también se relaciona con la mafia. Este artículo no se refiere a la relación padrino-ahijado, sino al general Vladimir Padrino López, ministro de Defensa del gobierno más nefasto de la historia de Venezuela, convertido en el cancerbero de la dictadura.

Liderazgo fallido

La Constitución de Venezuela en su artículo 328 dice: “La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política (…). En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna”.

El mandato constitucional es clarísimo, pero la realidad es totalmente diferente, basta recordar las palabras del entonces comandante estratégico operacional de la Fuerza Armada Bolivariana –luego ministro de Defensa– general Henry Rangel, en 2010 declaró: “Los militares venezolanos están casados con el proyecto político de Chávez”.

Resistir a la delincuencia

El último acto oficial que hizo Hugo Chávez antes de partir a Cuba y morir fue posesionar al almirante Diego Molero como ministro de Defensa; la respuesta de Molero fue un acto de incondicionalidad, impropia de un militar de honor: “¡Cuente con la lealtad plena de su Fuerza Armada Nacional Bolivariana! ¡Rodilla en tierra frente a usted, mi comandante! ¡Independencia y patria socialista! ¡Viviremos y venceremos!”.

Otra perla vergonzante de Molero, igual de otros corifeos de Maduro: “Quiero ratificar nuevamente que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana es revolucionaria, antiimperialista, socialista y chavista”. Y para rematar, Molero concluyó: “La Fuerza Armada está unida plenamente a este sentimiento bolivariano y revolucionario de nuestro comandante Hugo Chávez, y se hace solidaria, en cuerpo y alma, en forma incondicional, con esa ideología”. ¡Patético!

Venezuela entre las potencias

Chávez y luego Maduro no solo han envilecido a los militares, sino que los han llenado de prebendas para mantenerse en el poder, les han entregado las importantes empresas mineras y la distribución de alimentos, así como las aduanas y 12 de los 34 ministerios más importantes, como Petróleo, Energía, Defensa, Relaciones Interiores y Comercio, de esta forma se han enriquecido inmensamente y son el mayor soporte de la dictadura que se niega a reconocer la derrota, la respuesta es una brutal represión contra el pueblo que rechaza la maniobra grotesca del fraude.

Nicolás Maduro es un dictador torpe que se sostiene gracias a una cúpula militar prostituida, mientras que tras bastidores, Diosdado Cabello dirige el negocio del narcotráfico.

Venezuela: jugar a las cansadas

La trilogía: Maduro, Diosdado Cabello, Padrino y los más de 2.000 generales (Venezuela tiene más generales que EE. UU. y la OTAN) jamás dejarán el poder a través del voto popular, al contrario, será menester una fuerte presión popular, internacional y una intervención contundente de militares patriotas amantes de la democracia, la justicia y de las libertades. (O)