Hay políticos populistas que no han solucionado los problemas de los pueblos, pero tienen atrapados a los electorados. Como bien describía un reconocido politólogo y escritor ecuatoriano, hoy catedrático en EE. UU., la barbarie populista ha hecho mucho daño en el país.

Resulta increíble e inconcebible que haya gente obnubilada, sumisa y enceguecida por el populismo, que respalde sin análisis a los destructores de sociedades democráticas, de los valores y las libertades, y a quienes han empobrecido a sus pueblos y les tienen sumidos en las peores crisis económicas.

Argentina es un ejemplo de eso. Cómo se puede entender que el candidato del populismo, encarnado en la corriente peronista y el kirchnerismo corrupto, haya ganado la primera vuelta presidencial, debido a los crasos errores cometidos por el otro candidato populista de derecha. Nada menos que es el ministro de Economía en funciones, que le tiene a la Argentina sumido en la peor crisis económica, con la mayor inflación de los últimos tiempos, el 138 por ciento, y con una pobreza que supera el 40 por ciento.

Un electorado inconsciente, que no quiere informarse de la realidad, pero mantiene la esperanza a ciegas, creyente de las mentiras en las campañas, que les ofrecen la solución de los problemas, sin reparar que no han podido hacerlo cuando ejercieron el poder hasta hoy. Al contrario, han profundizado la crisis y ese es el resultado que reflejan las cifras oficiales.

Igual sucede en Ecuador, pero tienen su techo, que les impide crecer más para contribuir a la toma del poder. Gran parte de la población necesita una desintoxicación colectiva del populismo, pero no es fácil porque no entran en razón a pesar de estar sometidos a una crisis, no solo económica sino de valores y que viven en condiciones deplorables aunque el líder les engañe.

Les tienen atrapados con sus promesas demagógicas, sumidos en el desconocimiento. Por ello no les interesa impulsar una reforma educativa que facilite el pensamiento crítico cuando precisamente lo que practican es el autoritarismo y el pensamiento único. El electorado obnubilado por el populismo no repara que el futuro con sus líderes sería similar a los tristes casos de crisis, pobreza y miseria que han llevado las dictaduras de Venezuela, Nicaragua y Cuba, pero tienen un justificativo: el culpable es el bloqueo del imperio (EE. UU.), sin entender que pueden perder la dolarización, las libertades y los DD. HH. Eso explica un hecho inocultable: la huida de Venezuela de más de siete millones de personas.

Pensar que en la última campaña presidencial en el país se tuvo la audacia, desde ese sector populista, de decir que Venezuela está en una situación mejor que el Ecuador, sin sustentar con las estadísticas oficiales que reflejan todo lo contrario. Si no fuera así, por qué no se van a vivir en ese supuesto paraíso. Venezuela vive sumida en la miseria, con los peores indicadores económicos y sociales, sin libertades ni respeto a los DD. HH. Con el partido único en el poder cerca de 24 años, que bloquea a la oposición y con cualquier argucia le impide que pongan candidata a la Presidencia y así engañan al interior y exterior del país. (O)