Más allá de que el veredicto ciudadano se acentúe o se aligere con el paso de los años, lo más probable es que el gobierno de Guillermo Lasso cargue con la tacha histórica de haber permitido el mayor desborde criminal en la vida republicana de este país; en otras palabras, el actual régimen será recordado principalmente por esa carga pesada que nos ha llevado a convertirnos de forma trágica en uno de los países más violentos del planeta. Otra cosa es que resulte injusto e improcedente cargar toda la responsabilidad de este incruento panorama a la gestión del mandatario, toda vez que existen circunstancias y factores que van mucho más allá de lo que hubiese podido hacer o no durante su mandato, pero no cabe duda de que la percepción general de la falta de oficio por parte del actual Gobierno en la conservación de la paz pública es categórica y fundamentada.

Un kilo de cocaína que en Ecuador vale $ 2.000 en países árabes llega hasta los $ 200.000

De forma paradójica, una de las mayores debilidades en el manejo de la crisis de seguridad ha sido el argumento reiterativo de que la criminalidad se ha desbordado como efecto básico del decomiso de toneladas de cocaína, que significaría al tenor de lo sugerido por el presidente, que al no tener droga que comercializar y exportar, los grupos criminales mutan hacia otros delitos, lo que explicaría la crisis que se vive actualmente. Sin embargo, la tesis de que la violencia se produce como consecuencia del decomiso de la droga resulta insostenible, pues no puede un gobierno vanagloriarse del decomiso de droga mientras el país se desangra día a día y cae postrado víctima de la impune criminalidad.

Violencia criminal cambia la rutina en Durán en medio del esfuerzo por contener el desangre en las calles que resulta insuficiente

Ahora bien, hay opiniones de personas que conocen a fondo el tema del crimen organizado y precisamente en días pasados leía una entrevista realizada al coordinador del Observatorio Ecuatoriano del Crimen Organizado, quien advierte que la incautación de la droga es una medida de éxito o fracaso en la lucha contra el narcotráfico, pero es “una lectura incompleta”; así por ejemplo, se calcula que el año pasado se incautaron 180 toneladas de cocaína que probablemente no sean ni el 50 % de lo que haya pasado por el país, a lo que agrega que las organizaciones criminales con su poderoso flujo económico tienen evidentemente asignada una cuota de pérdida. Según lo que se menciona en la entrevista, el problema del desborde criminal no se debe, como lo ha mencionado el actual régimen, a la captura de la droga, sino que estamos inmersos en una guerra de organizaciones criminales que necesitan controlar el territorio y financiar todas sus operaciones a nivel local, lo que a su vez origina la multiplicidad de delitos, extorsiones, secuestros, etc.

Guillermo Lasso indica que la salida de la base de Manta fue ‘aprovechada por las organizaciones criminales para extender su economía silenciosamente’

Quizás el principal problema del Gobierno ha sido su incapacidad de responder con trascendencia al tsunami de violencia. Para rematar y con evidente falta de pertinencia, el mandatario aseveró hace algunos días que la sensación de inseguridad que se percibe sobre el Ecuador no es tal, lo que llevó a mucha gente a pensar que quizás el pueblo tenía simples percepciones. Pero qué duro. Estas son percepciones que matan, percepciones que vacunan, percepciones que secuestran. Y así pasará a la historia. (O)