El presidente Daniel Noboa ha convocado a consulta popular y referéndum. La consulta puede plantear cualquier tema o problema que afecte a la ciudadanía y que influya en toda la nación o, la necesidad o no, de nuevas normas legales. Las respuestas servirán para reorientar algunos procesos, procedimientos y también cambios, excepto cambios constitucionales.
Las respuestas a las preguntas planteadas en la consulta pueden llevar a cambios de la estructura de la Constitución de la República, sin afectar los derechos y garantías constitucionales ni a cambiar los procedimientos establecidos para un proceso de reformas de la Constitución. Pero las respuestas a la pregunta para un referéndum son determinantes y llevan a cambios constitucionales.
Es competencia de la Corte Constitucional calificar el procedimiento que corresponde a cada pregunta dentro de la consulta planteada por el mandatario. Tiene el deber de controlar que las preguntas propuestas para la consulta y el referéndum cumplan con todos los requisitos legales y constitucionales.
Pero los deberes y atribuciones de la Corte Constitucional van más allá: “La Constitución es la norma suprema y prevalece sobre cualquier otra del ordenamiento jurídico” según su artículo 424. Además “Las normas y los actos del poder público deberán mantener conformidad con las disposiciones constitucionales, en caso contrario carecerán de eficacia jurídica”, y el artículo 426 es claro: “Todas las personas, autoridades e instituciones están sujetos a la Constitución”. En caso de conflicto de competencias y de distribuciones entre funciones del Estado y órganos establecidos en la Constitución de nuestra nación, le corresponde a la Corte Constitucional dirimir, también cuando organizaciones o ciudadanos independientes sean actores o víctimas del irrespeto a la norma suprema.
Obviamente, lo expresado no abarca el relato de todas las obligaciones y atribuciones de la Corte Constitucional ni de la importancia que su tarea tiene para la ciudadanía y la democracia, pues es garante de la honestidad, libertad, creatividad, liderazgo, emprendimiento, en otras palabras, de las bases de una sociedad realmente humana, solidaria y justa.
El tema está en esta página porque las circunstancias políticas contribuyeron a que se piense que se trata de un organismo innecesario, que a veces retrasa la puesta en práctica de ideas que algunos consideran indispensables y brillantes. De tal manera, que se logró que muchos ecuatorianos salieran en manifestación de su rechazo. Sin embargo, algunos no conocían que existía ese organismo, ni cuál es su papel en un Estado que se dice democrático.
Es responsabilidad de las instituciones educativas y de los mismos partidos políticos educar para el ejercicio de la ciudadanía. El país necesita educar para hoy, pero también para el futuro. El nuestro no es un país pobre, es un país rico y empobrecido por la falta de formación y de planificación y trabajo, que las nuevas generaciones necesitan para crecer con pensamiento crítico, creatividad, solidaridad y entrega al desarrollo personal y de una comunidad que hoy solo tiene la esperanza. (O)