El mayor reto para los candidatos a las diferentes dignidades en las elecciones locales es cautivar a la población joven que va entre los 16 a los 35 años por diversas razones. En primer lugar, representan cerca del 50 % del padrón electoral, es decir, su voluntad en las urnas es decisiva para hacerse de la victoria, pero, además, es el segmento que evidencia problemas de gran escala, como el desempleo y la imposibilidad de ingresar a las universidades. Un gran porcentaje engrosa los ‘nini’, ni empleo ni estudio.

A tres meses de los comicios, el Consejo Electoral prepara sorteos, spots promocionales y los debates electorales

Tampoco se podría pasar por alto dos hechos que marcan la juventud de nuestro país. Ecuador ocupa el segundo lugar en Sudamérica de adolescentes embarazadas y, por otra parte, la primera causa de muerte en jóvenes entre 12 y 17 años es el suicidio, según un estudio del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

En este contexto, se requiere una política integral del Estado para atender de manera impostergable a la juventud. Me refiero a todas las instituciones del sistema democrático, funciones y niveles de Gobierno. Este tema es una prioridad nacional y no solo por el cliché de que hablamos del futuro del país, sino y sobre todo, porque en la actualidad este grupo poblacional condiciona el clima social, es decir, la construcción de las relaciones sociales. En este sentido, los jóvenes sin posibilidades de empleo y estudio se convierten en el caldo de cultivo para el reclutamiento de las bandas criminales que les prometen un ascenso económico rápido y reconocimiento dentro de sus organizaciones. Pasan a ser ídolos los personajes de las telenovelas al estilo del ‘cartel de los sapos’ y ‘las muñecas de la mafia’.

... en la actualidad este grupo poblacional condiciona el clima social, es decir, la construcción de las relaciones sociales.

Es indispensable fortalecer la educación intermedia en oferta académica, cobertura, acceso y calidad a los institutos técnicos y tecnológicos, en la medida que las universidades no cuentan con los recursos, infraestructura y personal para atender la demanda. El papel de los institutos es trascendental en los países desarrollados, pues evitan la migración interna al fortalecer el aparato productivo de las localidades, introducen un sistema de educación y trabajo simultáneos (dual), y no dejan por fuera de la educación a cientos de miles de personas que pueden aportar de manera sustantiva al desarrollo en sectores que requieren de especialistas. Es una tarea en donde el Estado tiene una deuda histórica.

La educación sexual y reproductiva debe ser fortalecida en todos los espacios, además del respeto a la población sexo diversa para eliminar todo tipo de discriminación que pueda provocar resentimientos sociales que luego son difíciles de restaurar.

Hay que poner a tono, también, los aspectos que son importantes para los jóvenes en la agenda nacional con su participación directa: la defensa a la naturaleza, las expresiones de arte, la convivencia con los animales, el acceso a la tecnología e internet, el cuidado y las nuevas modalidades de trabajo sin que ello signifique la precarización del empleo, la garantía de espacios sin violencia y la convivencia pacífica.

Lo que hagamos o dejemos de hacer con los jóvenes determina la vida del presente y las consecuencias del mañana. (O)