Puede ser que tomarse una cerveza no sea el momento más glamuroso de todos, pero ha estado presente en nuestras vidas desde la época del colegio, en las fiestas con los amigos, luego de un partido de fútbol y también al llegar a casa cansados del trabajo, cuando buscábamos algo refrescante para relajarnos. Esta bebida con más de seis mil años de historia tiene un sabor mágico que atrapa poco a poco, porque para la mayoría el primer trago fue una experiencia inentendible entre sabores amargos y texturas espumosas que no agradaron, pero, con el paso del tiempo, estas mismas sensaciones se convirtieron en nuestras favoritas.