El impulsivo no se da cuenta de cuánto hieren sus palabras. Incluso, a veces, ni se acuerda de lo que dijo, porque el ataque verbal es producto de un miedo que lo domina y toma poder sobre él.
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El impulsivo no se da cuenta de cuánto hieren sus palabras. Incluso, a veces, ni se acuerda de lo que dijo, porque el ataque verbal es producto de un miedo que lo domina y toma poder sobre él.
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