Quizás se deba a que amigos y parientes playeros me han hablado de la experiencia casi mística que significa para ellos surfear en las olas y encontrar ese “lado bueno” que les permite un control determinante en su acción. Cuando leí la columna de Fernando Balseca hace algunas semanas sobre el último libro del filósofo holandés Rutger Bregman, Dignos de ser humanos: una nueva perspectiva histórica de la humanidad, mi llamada a Fernando fue inmediata: trabajar el tema en La Revista, porque después de haber sido editor revistero de EL UNIVERSO por más de dos décadas, desde el inicio de La Revista, siempre existió muy adentro de mi corazón la crucial importancia de que la publicación sea una ventana de luz dentro de las oscuras realidades que un diario está obligado a enfocar, ahora cada segundo en la era digital.