De los mecanismos de defensa que la mente utiliza para protegernos de la ansiedad, de la depresión o del estrés agudo, la represión es uno de los más eficaces porque, sin que lo perciba el individuo, empuja hacia el inconsciente, recuerdos, experiencias o pensamientos desagradables, conflictivos o socialmente inaceptables que nuestra dimensión consciente no está preparada para enfrentar.