Aproximadamente el 50 % del ecosistema de bosque seco tropical ecuatoriano se ha perdido en el transcurso de los últimos 20 años, según una estimación realizada en 2018 por el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica.

Científicos de la Escuela Superior Politécnica del Litoral señalan que los problemas que aquejan a este frágil ecosistema han empeorado.

Publicidad

Expusieron los resultados de dos años de investigaciones sobre distintas especies de aves, reptiles, arañas y macroinvertebrados que habitan en el bosque seco en el marco del simposio llamado Reproduciendo la Biodiversidad del Bosque Seco Tropical. Los equipos de investigación permanecieron 80 días dentro de los bosques de Cerro Blanco y la cordillera Chongón-Colonche, la mitad durante la época lluviosa y la otra mitad en estación seca.

Fenómeno de El Niño: El papel higiénico es necesario pero no es la prioridad, ¿qué es esencial comprar ante una emergencia natural?

El evento, que tuvo lugar en el campus de la institución de Guayaquil, fue organizado por la Facultad de Ciencias de la Vida. Julián Pérez, investigador de esta facultad, dirigió las investigaciones como director.

Sin embargo, quizá la pregunta más importante que se plantearon durante los eventos fue: ¿cuál es el futuro del bosque seco tropical en Ecuador?

Los bosques secos son continuos en la región Costa, y están presentes desde Esmeraldas hasta la frontera sur con Perú, y también de forma aislada en el callejón interandino, aunque algunas de sus características cambian dependiendo de la altitud a la que se encuentren ubicados.

Publicidad

El bosque seco tumbesino, según investigadores, originalmente cubría el 35 % de la Costa ecuatoriana, pero la mayor parte ha desaparecido.

Pingüinos de Galápagos podrían verse amenazados por escasez de comida por fenómeno de El Niño

Se encuentran amenzados en parte por su cercanía a zonas y por frecuentemente estar ubicados en suelos aptos para actividades de agricultura, según una investigación realizada por científicos de la Universidad San Francisco de Quito, la Universidad Técnica Particular de Loja e instituciones educativas internacionales.

Andrea González Nader, ingeniera ambiental y ex compañera presidencial del candidato asesinado Fernando Villavicencio, apunta que es necesaria la creación de un parque nacional en la cordillera Chongón-Colonche con el objetivo de preservar la biodiversidad del bosque seco tropical, que tiene un alto nivel de especies endémicas de flora y fauna.

“El único (parque nacional) que existe en la Costa es el Machalilla, que es hermosísimo e importantísimo, pero es en su gran mayoría marino y solo un pedazo es seco tropical”, apunta González. “No es una coincidencia que la Costa sea la región con mayor violencia e índice de tráfico. Estos ecosistemas son de fácil acceso, no tienes la dificultad de la cordillera de los Andes, es fácil talar todo o cazar todos los animales de un sector”.

‘El remedio podría ser peor que la enfermedad’, dice el ministro del Ambiente José Dávalos sobre posibles ‘impactos ambientales indirectos’ de abandonar el bloque petrolero 43 en el Yasuní

González considera que ciertos aspectos del bosque seco tropical no han sido explotados completamente, como su variedad de hongos comestibles, como el ostra y el ostra rosado, o de la planta Mucuna pruriens, conocida coloquialmente como ‘pica pica’, que todavía es tratada como maleza en el país pero que en Brasil ya es procesada como estabilizador del ánimo.

Chongón-Colonche sería una ubicación ideal para un nuevo parque nacional, según González, pues el bosque seco es único en el mundo. “Al hacer un parque nacional, invitas a la academia a que sea parte de estos estudios, del potencial económico”, expresa.

Agrega que Guayaquil ha vivido por décadas de los frutos del bosque seco, cuya madera fue esencial en la construcción de barcos y el desarrollo económico de la población.

Reconciliar a las comunidades que viven más cerca del bosque seco que queda es parte esencial de los esfuerzos de conservación del ecosistema.

Parte de este proceso es la educación ambiental. Cristian Barros, presidente de la fundación JaPu, dedicada a la conservación y a la investigación, indica que es más fácil llegar a los niños con esfuerzos de educación ambiental que a adultos. Las personas mayores, sin embargo, suelen escuchar más las opiniones de sus hijos en cuanto a temas ambientales, suavizando sus posiciones.

Una cría hembra de pingüino emperador nació en Sea World por primera vez desde 2010

Un problema de la academia al acercarse a las comunidades es solo entrar a un lugar de interés para investigar y no dejarles información a los miembros de dicha población.

La conservación que involucra cambiar el aspecto cultural de una comunidad también toma mucho tiempo, señala Barros. “La parte cultural, que es de cientos de años, no la vas a cambiar en un año, ni en dos, ni en cinco” apunta. (I)