Una excolaboradora de la exlegisladora y parlamentaria andina Cristina Reyes, Mayra S., está detenida y procesada por supuesta delincuencia organizada en el caso Metástasis. En la “empresa criminal” que ha descrito la fiscal general, Diana Salazar, que giraba alrededor del fallecido narcotraficante Leandro Norero, la mencionada comunicadora aparentemente gestionaba favores para él y sus familiares.

Reyes aclara que Mayra S. sí trabajó para ella, pero que no podía saber que tuviese esos nexos. Y acusa a María Paula Romo, exministra de Gobierno, de querer vincularla al caso diciendo que esta investigación fue una antesala de su destitución en un juicio político que tramitó la Asamblea Nacional en el 2020.

Una excolaboradora suya está procesada por delincuencia organizada en el caso Metástasis y consta en los chats de Leandro Norero. ¿Qué tan cercana era la relación que tenía usted con ella?

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Primero, lo conceptual: me sumo, como la mayoría del país, a ese proceso de depuración que está haciendo la fiscal a un sistema judicial que está corrompido y que no nos da garantías de vivir en un verdadero Estado, sino en un Estado fallido. Vemos cómo los grupos delictivos han permeado no solo las instituciones públicas, sino en varios otros sectores. Eso quiero decirlo porque es importante demostrar mi respaldo a esas luchas de la fiscal y que yo misma también tuve desde la Asamblea y el Parlamento Andino.

Dicho esto, en el entramado de personas que aparecen en estos chats lamentablemente está alguien que colaboró conmigo y con otras figuras públicas y medios de comunicación nacionales en relaciones públicas. Y eso es lo que puedo decir, porque uno no puede conocer a ciencia cierta con quién habla, a veces, la propia pareja o los amigos. Para mí ha sido una sorpresa y una tristeza enterarme de que ella es parte de este proceso. Espero que la justicia esclarezca la verdad.

¿Cómo fue que la conoció? ¿Alguien se la recomendó?

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En el 2019, en la Asamblea, necesitaba una comunicadora para relaciones públicas y un vínculo con los medios de comunicación. Ella venía de trabajar en TC Televisión; era su relacionista pública. Me llegó su hoja de vida, en la que decía que era docente universitaria. Y, pues, la contraté. Y debo decir que su trabajo, sus contactos con periodistas, era muy cercano. Yo separo el tema de relaciones públicas del tema de estrategia política y trabajo legislativo. Ella coordinaba las entrevistas y actividades públicas, eventos, conferencias, universidades.

¿Nunca hubo algún indicio de que ella tuviera nexos con este delincuente?

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Yo no soy fiscal ni policía.

Ahora, por ese vínculo laboral con Mayra S. algunos sectores políticos la han relacionado a usted con este caso.

Esa vinculación es una campaña de desprestigio orquestada y concertada. La verdad es lo que yo le relato a usted. Yo no tengo nada que ver en el proceso. Que yo sepa, hacer bailes en TikTok o salir en fotos con alguien, incluso con personas que me encuentran en la calle, no es ningún delito. Son montajes y difamaciones.

¿De dónde viene esa campaña que usted menciona?

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Estoy segura de que viene de la exministra María Paula Romo, que se encuentra ardida porque la destituimos en un juicio político en la Asamblea Nacional por reparto de hospitales, por el uso excesivo en las manifestaciones del 2019, por la impericia en el manejo de seguridad de aquel entonces... Y en este mismo caso, en los chats, aparecen dos de sus excolaboradores, y eso no se dice. Ella quiere hacerse un lavado de cara haciendo una vinculación laboral, que es cierta, pero yo no tiengo relación con este caso.

Se refiere al general Pablo Ramírez...

Y al general Patricio Carrillo. Ambos fueron sus subordinados como ministra de Gobierno, y que sí salen vinculados directamente en esas conversaciones con un narcotraficante. Ahí hay responsabilidades directas que quiere evadir.

Pero la señora Romo podría decir lo mismo que usted: que no sabía con quién conversaban estos exgenerales...

Es que hay una gran diferencia entre ser relacionista pública de una asambleísta y llevar los temas de seguridad en un país. Ellos estaban sujetos a alguien que llevaba el mando. ¿Cuándo empezaron las masacres carcerlarias? Con Lenín Moreno. ¿El escándalo del Isspol? Ella era la presidenta del directorio. ¿El reparto de hospitales? Todos la mencionaban a ella. Entonces, esto no lo inventamos los asambleístas; por eso la destituimos. Ahora que venga a crear una novela de que su destitución se dio por esto (el caso Metástasis) es demasiado bajo.

¿Y cómo sabe usted que es ella?

Por los influenciadores de redes que trabajan con ella y porque salió inmediatamente en dos canales de televisión mencionándome y relatando esta novela fantasiosa de que su destitución ya se venía planificando por estos grupos delincuenciales que operaban en la Asamblea Nacional, cuando su destitución se dio por una decisión contundente de muchos grupos políticos por el incumplimiento de sus funciones.

¿Y cuál es, según usted, el objetivo de ese lavado de cara? ¿Ser candidata en el 2025?

Me tienen sin cuidado sus aspiraciones. Lo que sí sé son sus intenciones, porque después de tanto daño que le ha hecho al país, luego de ser servil a todos los Gobiernos, ahora está atorada en sus mentiras.

Ahora la señora Romo es el cuco político... ¿Es tan mala como todos dicen? ¿Tiene esos alcances?

No la he tratado en lo personal. El presidente de la República dice que es un pokemón; causa gracia, porque ella ha participado en muchos Gobiernos y siempre ha puesto una cara imperturbable. El día que la destituimos esa cara se le acabó y empezó a insultar a todo el mundo. Me parece que es una persona que empezó con un discurso disruptivo; con Ruptura de los 25 preguntaba: “¿Quiénes jodieron al país?”, y resulta que fueron ellos por sus intereses. Ahora su gran pelea con el Gobierno debe ser porque, acostumbrada al reparto, no le han dado nada. No veo una oposición seria. Está capitalizando la muerte de Fernando Villavicencio no por los grandes objetivos nacionales, sino por su lavado de cara.

Es curioso que usted, siendo defensora de los derechos de las mujeres, se sume a las descalificaciones y a la mofa hacia la exministra que le hizo Noboa al llamarla pokemón.

He sido promotora de la Ley de Violencia contra la Mujer; tengo escuelas de liderazgo femenino, que también quisieron empañar. Pero también soy firme en que todas las personas somos responsables de nuestros actos y de nuestra gestión. Y los míos hablan por mí, y los de la señora Romo son los que yo le describo. No la estoy denigrando como mujer ni como ser humano, sino que la critico como alguien que asumió una función y que la hizo de manera nefasta, que hizo enemigos y afectó al país, y señalo las argucias que usa como política.

Hablando del combate a grupos de delincuencia organizada, ¿qué opina de la consulta popular del presidente Noboa?

Es un error pensar que la consulta popular va a servir como termómetro político para medir la popularidad, o que tienes que enviar un paquete de preguntas a último momento porque así se comprometió en campaña. ¿Dónde está la seriedad? Muchos analistas han hecho críticas a las preguntas porque muchas de ellas ya son normas que existen, como la que plantea que los servidores judiciales sean sometidos a auditorías, o el rol de FF. AA. en las requisas, o se piden reformas legales a la Asamblea. ¿Dónde está lo determinante de la consulta? Aparte, esto de los casinos ha sido severamente cuestionado porque, en los momentos que vive el país, en que el narcotráfico ha permeado en la sociedad, es un despropósito, pues pueden ser fuentes de financiamiento y de lavado de grupos delictivos. Hay decepción por esas preguntas, pues se esperaba algo más determinante.

¿Como qué?

Si el caso Metástasis refleja la podredumbre del sistema judicial, la falta de rigor y control del organismo disciplinario, habría sido mejor proponer algo transgresor, distinto, serio, técnico. En el caso de las Fuerzas Armadas, que se permita la cooperación militar internacional en el país. El abuso de figuras como las acciones de protección o los habeas corpus.

¿Usted está preparando una candidatura presidencial?

Luego de haberme desafiliado del PSC, en el que tuve esa aspiración, me encuentro analizando el panorama. Creo en el liderazgo femenino no como herramienta de victimización, sino de empoderamiento. Me encuentro trabajando en varios sectores, el organismo internacional que presido, la academia, barrios, escuelas de liderazgo que presido.

Sí, sueño con una candidatura que tenga esa representatividad de las mujeres, pero con un proyecto unificador del país, que parece que le está ganando el odio... Pero tiempo al tiempo. Creo que por ahora es prematuro hablar de esto.

Algunos ya lo están haciendo.

Respeto si otros ya se proclaman como candidatos; pero, en mi caso, esto es un proceso.

¿Este proceso pasa por conseguir un partido que la auspicie?

Sí, pero yo quiero quitar esa mala costumbre que han tenido algunos de que les prestan o les alquilan los partidos. Yo quiero construir un proyecto, un equipo, orbitar en torno a una visión de país. Y luego, sí, es importante el tener un vehículo electoral, pero que se ajuste al proyecto, y no los candidatos a los partidos, que han mostrado muchos signos de debilidad institucional. (I)