“La victoria es la magnífica consecuencia de una estrategia bien planeada”, Charles de Gaulle.

En 1944, al final de la Segunda Guerra Mundial, Francia estaba devastada por los efectos de la guerra y la ocupación alemana. Charles de Gaulle, un político y militar conocido por su gran capacidad para elaborar estrategias exitosas en momentos de crisis, lideró a las Fuerzas de la Francia Libre para recuperar el control de su país.

De Gaulle, una vez en el poder, diseñó un plan para la recuperación de Francia. Elaboró un plan maestro que abordaba tres aspectos fundamentales: lo social, lo productivo y la recuperación de la autoridad. Así, trazó una serie de acciones que le permitirían levantar a la nación.

Sus primeras acciones se enfocaron en lo productivo, ya que la creación de empleo era una prioridad. Para lograrlo implementó políticas destinadas a impulsar la revitalización de la industria y la agricultura, además de promover la inversión en infraestructura y la creación de empleo de forma inmediata. Paralelamente, se propuso restaurar la autoridad del Estado francés y, para ello, promulgó reformas políticas de efecto inmediato que permitieron una mayor estabilidad política y generaron confianza en la población.

Ecuador enfrenta actualmente su propia batalla, en un periodo caracterizado por la violencia y la incertidumbre.

En tiempos de crisis y situaciones desconocidas es donde los desafíos se agudizan, debido a que frecuentemente no estamos preparados para lo que viene, ya que nadie lo ha anticipado. En este sentido, una estrategia adquiere un significado fundamental, ya que no solo implica trabajar en lo lógico, sino también en lo inesperado y lo incierto.

Una estrategia se define como un plan de acción diseñado para alcanzar un objetivo a largo plazo o una serie de metas.

Una estrategia se define como un plan de acción diseñado para alcanzar un objetivo a largo plazo o una serie de metas.

En el ámbito político, una estrategia política se refiere a un conjunto de decisiones y acciones planificadas que los actores políticos, como gobiernos y partidos, deben utilizar para alcanzar sus objetivos y avanzar en sus agendas.

La estrategia país es un elemento que ha estado ausente en el Ecuador. Cada cuatro años, o incluso con mayor frecuencia, asistimos a un gran espectáculo de promesas de campaña que, una vez en el poder, suelen convertirse en acciones desconectadas, fuera de tiempo o que nunca se materializan por completo. Ecuador necesita un plan integral que aborde aspectos económicos, productivos, sociales y la recuperación de la autoridad. En realidad, los gobiernos no deberían intervenir en muchas más áreas, ya que cuando lo hacen, a menudo terminan obstaculizando las actividades de la ciudadanía.

Los cambios políticos generan una bocanada de esperanza para los ecuatorianos, aunque esta esperanza debe respaldarse con acciones concretas que alivien las preocupaciones de la población. Nuestros problemas no han cambiado, pero sí se han intensificado. Necesitamos contar con una estrategia clara que sea conocida por los ecuatorianos y que los políticos cumplan a cabalidad. (O)