La desinformación es una amenaza digital que se intensifica en periodos electorales; donde el discurso político se enciende en las redes sociales y la información veraz se enfrenta con la información falsa. Un enfrentamiento marcado por la manipulación, la deshonestidad y el engaño que rompe la confianza social sobre la realidad y el interés público se polariza entre la búsqueda de la verdad y la exposición a la mentira.

La libertad de expresión e información es un derecho civil y político que afirma la calidad democrática y el pluralismo político de un Estado de derecho. En el entorno digital, la democracia se fundamenta en el principio de neutralidad, que se acciona cuando la ciudadanía digital se expresa, informa y comunica a través de interacciones libres, instantáneas y espontáneas en las redes sociales, creando tendencias de opinión pública que toman el pulso a la eficacia del discurso político digital. Una eficacia que ha convertido a la desinformación en una herramienta de manipulación y engaño para debilitar adversarios políticos, polarizar a la sociedad y amplificar un objetivo político, que menoscaba la autonomía personal e influye en la toma de decisiones democráticas.

Campaña electoral para los binomios presidenciales se adelantaría más de un mes

Ejercer la libertad informativa y el derecho a informarse exige una ciudadanía consciente de esta manipulación política. Transmitir, recibir e intercambiar información a través de las plataformas digitales compromete a la ciudadanía a desarrollar una cultura digital basada en el pensamiento crítico, verificable y confiable, que fomente la formación de una opinión pública basada en la veracidad, en la razón por encima de la emoción y en el respeto al pluralismo del pensamiento que fortalezca la deliberación democrática y bloquee el efecto viral de la desinformación imponiendo un monólogo colectivo hacia la democracia delegativa.

El derecho a recibir información política veraz y suficiente y el deber de verificar si la información es confiable crean una opinión política fundamentada que permite a la ciudadanía ejercer un voto informado, una ciudadanía competente para evaluar, comparar y decidir asuntos públicos y al mismo tiempo frenar la propagación de información inexacta, engañosa o deliberadamente falsa que lesiona la calidad democrática, desvirtúa los procesos políticos y profundiza la desconfianza ciudadana en la clase política.

Calendario electoral: las fechas claves de las elecciones presidenciales 2023 en Ecuador

Un paso importante de gobernanza digital acaba de realizar Argentina con el Compromiso Ético Digital que los precandidatos, las plataformas y medios firmaron con el objetivo de promover un debate democrático honesto en sus próximas elecciones y así mitigar el daño que la información falsa produce en el proceso electoral y la democracia.

Salvaguardar un espacio digital que fortalezca la democracia virtual deliberativa exige una voz civil propia, informada y autónoma, libre de manipulación y vigilancia; una opinión pública activa, responsable y colaborativa que convierte la información en un patrimonio civil protegido de la inmediatez digital de la desinformación e impone estándares al debate público. Una sociedad que ejerce su poder y control político cuando #PausaVerificaComparte. (O)