La elegancia y sofisticación de Annabella Azín, madre del actual presidente de la República del Ecuador, ha sido una constante a lo largo de los años, revelando una evolución en su estilo que no ha pasado inadvertida para los observadores de la moda. Si bien siempre ha personificado la formalidad y el protocolo clásico, su trayectoria estilística ha experimentado transformaciones notables.

Con una reputación de recato, Azín, según la percepción de los internautas, irradia elegancia y buen gusto a través de su impecable postura. Aunque se la ha asociado con un estilo clásico que encaja perfectamente con su posición como madre del presidente, ha demostrado a lo largo de los años una versatilidad en su vestimenta, adaptándose a las tendencias contemporáneas.

Aunque su guardarropa ha experimentado cambios, el color blanco ha permanecido como un elemento constante. Este tono no solo desempeñó un papel crucial en las campañas presidenciales de su hijo, sino que también se ha convertido en un sello distintivo de su atuendo pulcro. En años anteriores, Azín exploró tonalidades más intensas, como el rojo y el negro, así como estampados llamativos. Sin embargo, con el tiempo ha demostrado una inclinación hacia los colores pastel, destacando el rosa y el melocotón pastel como sus favoritos.

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El miedo a los escotes no forma parte de su repertorio, como lo evidencian las imágenes en su perfil de Instagram. Azín exhibe con confianza hombros descubiertos y piernas largas en vestidos cortos, incluso atreviéndose con crop tops y shorts a la cadera, siempre manteniendo una elegancia innegable. En 2018 adoptó un estilo más clásico, incorporando cortes cuadrados y rectos, complementados por lentes de sol y lujosas carteras.

Cuando se trata de vestidos, Azín demuestra un gusto exquisito, deslumbrando en cada evento con su selección impecable. Ya sea en matrimonios, compromisos sociales o almuerzos, esta mujer sofisticada sabe cómo adaptar su elección de vestuario a cada ocasión. Los vestidos encabezan su lista de prendas preferidas, seguidos de cerca por trajes de dos o tres piezas, confirmando así su destreza para expresar su personalidad a través de la moda en cualquier contexto.