Hace dos años, el inesperado crimen del joven actor Octavio Ocaña dio la vuelta al mundo por las circunstancias en que ocurrieron. La estrella de la serie Vecinos, de Televisa, fue víctima de una persecución por dos oficiales de la policía municipal de Cuautitlán Izcalli, quienes supuestamente afirmaban que Ocaña portaba un arma y que había disparado. Finalmente, el artista inmortalizado por su papel de Benito Rivers fue hallado muerto desangrado dentro su camioneta con varias señales de disparos

La familia del intérprete de 22 años viene luchando para que se investigue el crimen bajo los cargos de asesinato y negligencia policiaca. Recientemente, uno de los policías implicados en el fallecimiento de Ocaña, identificado como Leopoldo Azuara de la Luz, acaba de ser sentenciado a 20 años nueve meses de prisión por los delitos de homicidio doloso y abuso de autoridad. Por su parte, el otro implicado, Gerardo “N”, continúa prófugo, señala un reporte de People en español.

El actor Octavio Ocaña se hizo conocido gracias a la serie 'Vecinos' (sentado segundo a la izquierda). Foto: El Universo

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“[El juez] determinó una penalidad, una condena para Leopoldo [Azuara] de 20 años nueve meses. Por el hecho de homicidio doloso son doce años seis meses. Por el abuso de autoridad son ocho años cuatro meses, se acredita el dolo. Estamos hablando de un conjunto real de delitos. El grado de participación, desde luego, es coautoría material”, explicó Francisco Javier Hernández, abogado de la familia Ocaña, a los medios de comunicación. “Lo que logramos fue sacar a un policía de circulación, a un policía que ya se comprobó que es un homicida”.

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La madre de Octavio, Ana Lucía Ocaña, explicó en el programa mexicano de televisión Ventaneando (TV Azteca) que no asistió a la lectura de la condena, pero que aplaude el trabajo de sus abogados. ”No asistimos porque recibimos muchas amenazas, amenazas que no nos quitan el sueño. Solamente nos da tristeza porque el error y el delito lo cometieron ellos. Creo que en esos 20 años y seis meses ya estaré con mi hijo. Llegaré tranquila con él y le diré ‘se logró, se pudo’. Todos juntos de la mano. Los abogados han hecho su mayor trabajo y creo que se reflejó”.

Según la progenitora, con esta primera sentencia se pudo ratificar que su hijo nunca tuvo antecedentes penales ni rastros de pólvora en las manos, tal como se lo había acusado supuestamente el día de su muerte. (I)