Estamos viviendo un día marcado por la consulta popular, y, aunque para conocer los resultados solo deben contarse los votos, estos son la expresión de las decisiones que tomamos cada uno de los ecuatorianos. Estas decisiones, con toda seguridad, van a generar impacto en el futuro del país. Y, aunque parezca que el voto de una persona esté diluido entre el total de sufragantes, no deja de ser un asunto relevante.

[Por el No en la pregunta J: Guillermo Churuchumbi, del movimiento Pachakutik, dice que los temas de la consulta popular ya constan en la normativa vigente]

[Por el Sí en la pregunta J: Vicente Taiano Basante, asambleísta del PSC, dice que las armas retiradas deben ser puestas a disposición de la fuerza pública en el menor tiempo posible]

Por eso, para tomar buenas decisiones el día de hoy, debemos considerar los siguientes puntos:

  • ¿Qué emoción me lleva a tomar la decisión? Hay un adagio muy conocido en el diseño de experiencias que dice: “La gente olvidará lo que dijiste, olvidará lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo la hiciste sentir”. Los recuerdos traen emociones, y estas impulsan las decisiones. Si estas decisiones nacen desde recuerdos con sentimientos negativos, como amargura, envidia o celos, créanme que el proceso ha empezado bastante atropellado. Pero si la decisión se basa en esperanza, alegría e ilusión, ya tiene un buen indicador, pues la promueve una competencia blanda muy importante que es el optimismo. Este ayuda a encontrar oportunidades donde otros podrían encontrar barreras o problemas.
  • ¿Qué información poseo para tomar la decisión? En un momento en el que existe exceso de información, hay que categorizar su relevancia. ¿Cuál es su fuente? ¿Contra qué puedo contrastarla? ¿Quién puede validarla? Si es así, ¿es constructiva y ayuda a tomar la decisión?
  • ¿Con quién puedo iluminar mi decisión? Me ha pasado muchas veces que solo conversar con un sabio amigo puede desbloquear el pensamiento y, de esta forma, llegar a la lucidez. Estamos en un tiempo en el que los líderes ya no toman decisiones en la soledad, sino que la búsqueda de otras opiniones podría aclarar aquellas áreas que no hemos visualizado previamente.
  • Finalmente, ¿qué impacto genera esta decisión? Esto implica analizar ¿qué se afectaría con mi decisión? ¿A quién apoyaría? ¿A quién podría disgustarle? ¿Seré capaz de poder asumir o ser responsable de las consecuencias de esta decisión?

Todo el tiempo estamos tomando decisiones, pero en días como hoy debemos ser más conscientes de su importancia. Por eso, meditemos bien nuestro voto, para que así podamos contar a las futuras generaciones —con orgullo y sin el menor atisbo de vergüenza— que hemos sido partícipes del modelado de una historia de progreso en el Ecuador. (O)