A medida que van pasando los años, el cuerpo de cada persona se va transformando física, metabólica, mental y funcionalmente, de manera que disminuye la capacidad de adaptarse a los cambios del entorno e incluso se complican las aptitudes para estabilizarse internamente, lo que produce cierto nivel de vulnerabilidad y fragilidad, detalla Mapfre.
Aunque se trate de un proceso ininterrumpido, irreversible e inevitable, existen formas de retrasar el inevitable proceso de envejecer, que es tan apegado a la vida.
Dieta de la longevidad
El profesor de gerontología y director del Instituto de Longevidad de la Universidad del Sur de California Valter Longo creó una dieta de la longevidad, que se basa concretamente en combinar comida vegana con pescado.
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Longo explicó a Business Insider que esta dieta es rica en alimentos como legumbres, cereales integrales, frutos secos y semillas. También es parcialmente baja en proteínas y que la hizo basado en un estudio realizado en poblaciones de todo el mundo que tienden a tener vidas especialmente largas.
Los periodos de ayuno y las caminatas están incluidas en este estilo de vida que se inspira en los hábitos de los centenarios tradicionalmente activos.
Entonces, ¿qué aconseja el experto para preparar desayunos ricos y nutritivos que ayuden a alargar la vida y atrasar el envejecimiento?
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Longo hace una primera advertencia: “hay que desayunar” y este desayuno puede incluir cereales integrales, frutos secos y fruta. Él mismo recomienda como opción el friselle, un pan italiano con algún untable de frutos secos como almendra o cacao y acompañar eso con una manzana.
Su segunda recomendación es que la persona disfrute de comer cosas que le gusten, esto quiere decir que aunque el alimento sea muy saludable, si no es de los favoritos, no debe haber presión, pues, según el experto todo lo que se coma debe “ser una versión de lo que te gusta basado en las reglas generales”.
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En este punto, da como opciones el consumo de galletas de higos, nueces y harina de maíz o avena horneada con fruta y nueces. Si la persona desea cambiar algo para obtener más nutrientes en su desayuno, puede hacerse sin necesidad de sacrificar el sabor.
En este caso, él afirma que cada mañana se prepara una taza de té con una bolsita de té verde y otra de té negro. Esto debido a que no le gusta tanto el verde como el negro. Así que aprovecha las propiedades y el sabor de cada uno.
(I)
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