La generación de empleo, mejora del entorno para el emprendimiento y la instalación de más negocios de calidad son algunas de las propuestas plasmadas en el eje económico del plan de gobierno del candidato presidencial Daniel Noboa de la alianza Acción Democrática Nacional (ADN).

Una de las estrategias es atraer la inversión extranjera directa. Lo que “puede proporcionar capital, crear empleo, facilitar la transferencia de habilidades y tecnología, estimular la competencia y ayudar a diversificar la economía”, indica el documento de 73 páginas presentado al Consejo Nacional Electoral (CNE).

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El desarrollo empresarial con responsabilidad social y su vinculación con la sociedad, así como promover “el trabajo de artesanas, comerciantes, emprendedores, pescadores, transportistas y todos aquellos que se dedican a labores autónomas” está entre las prioridades.

Estas son las propuestas económicas del plan de gobierno del candidato Daniel Noboa

La hoja de ruta prevista incluye la instauración de incentivos tributarios para las inversiones que contraten mano de obra local. El fin es aumentar el número de aportantes al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) con el fin de financiar las jubilaciones, la salud de los afiliados y jubilados y para cubrir las enfermedades catastróficas.

Con el 100 % de las actas escrutadas Noboa alcanza el 23,47 % de aceptación, que son 2′315.296 votos y gana en seis provincias.

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¿Pero qué tan factible es cumplir con lo planteado?

El editor de la revista económica Análisis Semanal Alberto Acosta Burneo considera que el plan de gobierno de Noboa busca un modelo de crecimiento económico basado en la inversión.

“Su prioridad es la competitividad, atraer inversiones nacionales y extranjeras, impulsar el emprendimiento a todo nivel”.

La generación de riqueza a través del emprendimiento y la inversión sin descuidar a la población vulnerable con un incremento de la inversión social estatal es el corazón de la propuesta de Noboa, dice Acosta.

Lo rescatable de este plan es que se centra en promover más el empleo, destaca Pedro Romero, catedrático de la Universidad San Francisco de Quito: “Tiene claro que hay una relación directa entre aumentar las plazas de trabajo formal con el fin de subir los fondos de la seguridad social”.

La promoción de la inversión en las áreas estratégicas como el sector petrolero, minero, puertos, aeropuertos y el turismo es otra de las aristas planteadas.

Todo a través de la política de incentivos tributarios para las empresas.

Un concepto, por ejemplo, es que mientras más personal joven contraten, habrá más beneficios fiscales.

“Esto es creíble, parte del marco legal actual ya lo promueve, descuentos a la inversión extranjera directa. Las empresas que invierten más de mil millones de dólares tienen descuentos del impuesto a la renta por varios años del 15 % al 25 %, entonces para ello no es que depende de pasar una nueva ley”, indica.

Incluso hay la posibilidad de la firma de un memorándum o contrato entre el Ministerio de Producción y las empresas para garantizar certeza jurídica más allá de cinco años.

¿Qué retos tendrán Daniel Noboa y Luisa González en la campaña para la segunda vuelta?

“En esos documentos suelen ponerse condiciones como que contraten personal de tal rango etario. Veo que tiene claridad de la normativa, es entendible, ya que presidió la Comisión de Desarrollo Económico de la Asamblea”, dice Romero.

Lo preocupante del plan, agrega el especialista, es que no se discute la situación presupuestaria del país que recibirá de ganar (déficit fiscal).

“Quizás es estratégico, no veo algo que hayan propuesto con relativa claridad sobre lo que se priorizará del gasto público”.

Las estimaciones indican que el déficit fiscal para 2024 será del 5 % del Producto Interno Bruto (PIB), unos cinco mil millones de dólares. “Esa será la necesidad de financiamiento para que el presupuesto del próximo año funcione”.

Esta realidad conllevará a que se ajuste el gasto, indica.

En todas las economías cuando hay un problema de déficit fiscal y de endeudamiento externo aún si se hace reforma tributaria, hay que ver en qué se puede gastar y en que no.

“Eso es lo que no se ha hecho en el gobierno actual de Guillermo Lasso ni en el de Lenín Moreno (2017-2021)”, asegura Romero.

Esta decisión es difícil, pero hay alternativas sin afectar la política social y la garantía de salud y educación gratuita, agrega: “La opción es un plan estructurado a ciertos años para ir recortando ciertas empresas públicas del Estado, solo mantener los gastos vitales”. (I)