El gobierno libertario del presidente Javier Milei considera al campo como el motor de la economía, basamento de la resurrección argentina, típica agroexportadora, a tal extremo que en virtud de nuevos recargos a las retenciones por venta de bienes del sector espera ingresar adicionalmente por concepto de derechos de exportación 654 millones de dólares, ocupando un lugar destacado el cereal de especial demanda mundial, el maíz, en algún momento atribuido para Ecuador como producto estrella del siglo XXI. Y es que registra extraordinarias áreas aptas para su cultivo rentable, con agricultores que se distinguen por su alto nivel empresarial y destrezas en oportunas labores agrícolas, complementadas con un desarrollo industrial que ha ubicado a la industria avícola nacional en un lugar preponderante en la provisión de proteína animal, proyectándose en los últimos años a la exportación, que dice mucho de su grado de competitividad y respetabilidad internacional.

En Ecuador se cosecha maíz de excelente calidad, con alto contenido nutricional y rendimientos con tendencia creciente, gracias a que es capaz de obtener óptimas semillas híbridas de su estación experimental pública, en tanto que las importadas se han adaptado sin ningún problema al medio ecuatorial, a tal punto de que las cifras de divisas antes utilizadas en importaciones se han reducido significativamente. Aun así, se requiere una propuesta de fomento de siembra masiva hasta alcanzar la autosuficiencia, pues en este año aún tendrá que importar 91.000 toneladas métricas, con el cuidado de que la recolección nacional haya sido antes satisfecha.

MAG autorizó importación de 91.566 toneladas de maíz amarillo duro para cubrir déficit durante los primeros meses del 2024

Se mantienen aún dificultades para normalizar la comercialización que cuenta con una determinación de precios mínimos de sustentación, que deberían ser resultado de acuerdos entre sembradores e industrializadores, proceso que debe actualizarse con medidas internacionales de peso, descartando unidades inglesas, en desacuerdo con compromisos adquiridos en normas supranacionales, por cuya adopción vienen luchando los gremios maiceros liderados por su organización central, la Federación Nacional de Maiceros, con calificada tradición y experiencia organizacional por haber manejado exitosamente exportaciones soportadas en la intervención de la Bolsa de Productos, pero con escaso apoyo bancario estatal y privado.

No deben continuar inútiles devaneos por falta de empleo y avance de la pobreza, la solución está en el maravilloso entorno campestre, bastaría ejecutar un proyecto masivo de siembra mixta de maíz con fréjol de palo o gandul, con estimulante fomento crediticio, estatal y privado, incorporando miles de hectáreas que marquen un inicio de la agricultura regenerativa (que ocupa menos insumos y agua), que ofrecería trabajo digno, bien remunerado, para muchas familias, no solo para cubrir las necesidades locales, sino con decisiva convicción exportadora suplir la demanda de los deficitarios Perú y Colombia, ambos sumando pedidos cercanos a 10 millones de toneladas, que dejan espacio para Ecuador luego de cubrir los compromisos de TLC con los Estados Unidos, carente de un producto de la calidad ecuatoriana. (O)