Ha transcurrido más de una semana desde que la Fiscalía decidió hacer públicos los chats del caso Metástasis, que fueron obtenidos de los teléfonos del narcotraficante y lavador de dinero Leandro Norero, alias Patrón, asesinado en octubre de 2022, en medio de sangrientos disturbios en la cárcel de Cotopaxi.

De los mensajes hallados se desprenden revelaciones de presuntos actos de delitos, así como planificación y ejecución de crímenes que salpican a jueces, fiscales, abogados, policías, servidores judiciales, funcionarios públicos, empresarios y hasta políticos por supuestos nexos con Norero.

Entre las conversaciones están las que Norero tuvo con Andersson Boscán, periodista del medio digital La Posta. Las charlas entre ambos personajes fluían como si fueran cercanos, que tienen confianza entre sí.

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En una entrevista con EL UNIVERSO, el periodista afirmó que el tono que usó con Norero es el que usa siempre con cualquier fuente. “Es un tono de proximidad”, explicó a este Diario, “para generar un vínculo y para generar una confianza”.

Con Norero se trataban de “hermano” y “ñaño”. Boscán se identificaba con el seudónimo de SNTURDDZ, mientras que alias Patrón era Owner.

“Cómo estás hermano?”, preguntaba el periodista el 30 de julio de 2022. “Jajajaj que más ñño como vamos”, respondía Norero.

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En aquel intercambio, Boscán le contó al narcotraficante que estaba “investigando aduanas y Petroecuador” y que buscaba información al respecto. Norero, diligente, le ofreció ayuda: “Jajjaja lo que necesite avise q activo ojos oídos por todos lados”.

Boscán reaccionó complacido y le aclaró que su interés no iba por el lado del contrabando y drogas. ”Si tu gente sabe algo de aduanas, de lujo. Estoy detrás de la parte política: Carola Ríos, Eljuri, el ministro Fabián Pozo. De ahí, la parte de contrabando y drogas no me interesa”, anotó.

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Fueron varios mensajes intercambiados, mientras Norero estaba recluido en la cárcel de Cotopaxi. En un momento, por ejemplo, el Patrón ofreció proporcionar información sobre varias instituciones de Manabí, como la Gobernación.

En otro instante, Boscán le hace comentarios sobre errores que habría cometido la defensa del detenido en el proceso de un habeas corpus que buscaba el narcotraficante para salir de prisión.

O cuando el periodista le dijo que comparecerá en la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional -entonces presidida por Fernando Villavicencio- por el caso Danubio, y le comentó que en esa sesión diría que si Norero y Xavier J. controlaban la Aduana, sería porque un funcionario del Gobierno lo permitió.

Hablaron del libro en el que trabajaba Boscán y el deseo de Norero por publicar un texto propio, entre otros temas. O cuando el comunicador expresó que le invitaba un café cuando saliera de prisión.

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Boscán no ha negado que tuvo esas conversaciones con el capo. “Por eso ves que soy la única persona que no ha salido a decir que esos chats no son míos, sino todo lo contrario, porque estamos muy seguros de que lo que se hizo fue periodismo y sobre eso podemos debatir: si se hizo de la forma correcta, sobre si hay que llevar las fuentes a este nivel, sobre si las palabras utilizadas fueron las correctas o no”, dijo el periodista.

Andersson Boscán confirmó que no es parte procesal en el caso Metástasis. Que hasta el momento la Fiscalía no lo ha llamado para rendir su versión, algo que él aseguró que no se rehusará a hacer si es convocado por el Ministerio Público.

Aclaró que “de ninguna manera hay una investigación de algún tipo de delito” por sus diálogos con el narcotraficante. Además, aclaró que en ningún momento, en sus comunicaciones, asesoró legalmente a Norero o pretendió publicar un libro con él, como se ha especulado.

A su criterio, hay “dos grandes posturas” por su manera de abordar al delincuente.

Una es la legítima preocupación ciudadana por saber hasta qué nivel ha penetrado el narcotráfico y qué rol ha jugado el periodismo en ese sentido.

La otra, según Boscán, son ataques promovidos por exfuncionarios y personas que fueron denunciadas en sus investigaciones. “Son todas esas facturas pendientes que deja el periodismo de investigación”, comentó y apuntó a la exministra María Paula Romo como una de las cabezas que estarían detrás de una campaña de desprestigio contra él y el medio digital; esto, dijo, se basa en análisis realizados por empresas independientes.

Al ser consultado sobre cómo empezó su relacionamiento con el narcotraficante, respondió que lo conoció en el contexto de la investigación sobre la situación en las cárceles, que La Posta documentó en varias entregas en 2021.

Ante la pregunta de cómo lograron acercarse a Leandro Norero, Boscán dijo: “Es algo que no he dicho públicamente, pero no le revelo una gran verdad ahora a nadie. Nos ayudaron mucho los oficiales del Estado ecuatoriano y los oficiales del Gobierno, entonces en función del Ecuador, que fue el Gobierno de Guillermo Lasso”.

Precisó que fueron funcionarios del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI) -institución responsable de controlar las cárceles y a los internos-. Que ellos “hicieron los primeros contactos” para que el periodista y su equipo puedan hacer contactos por fuera de las prisiones, que los terminaron llevando hacia los distintos líderes de bandas criminales, entre ellos, el Patrón.

“Es mucho más fácil para una persona que controla las cárceles ir y hacer el contacto con una persona del mundo criminal que para una persona que, no sé, dirige el Ministerio de Salud”, explicó.

Su afirmación, no obstante, contrasta con el hecho de que en 2021 el narcotraficante era considerado oficialmente muerto. Esto es porque en 2020 fingió su muerte para evadir a la justicia de Perú, que lo buscaba por tráfico de drogas. La Policía ecuatoriana confirmó que estaba vivo en mayo de 2022, cuando fue detenido en el país en medio de un megaoperativo por lavado de activos realizado en tres provincias. Por esa detención fue a parar a la cárcel de Cotopaxi, desde donde tuvo las comunicaciones que hoy son la piedra angular del caso Metástasis.

Boscán lamentó que en la discusión generada a su alrededor no se mencione ni se tome en cuenta que en los chats de Metástasis también hay conversaciones de Norero con uno de sus aliados en las que planeaban atentar contra su vida.

Se planificaban atentados en nuestra contra, no precisamente porque fuéramos serviciales, sino todo lo contrario; porque no solo resultamos incómodos, sino que el mayor bien (inmueble) que pierde Norero se da a partir de una publicación de nuestra redacción de bienes que no fueron allanados. Y después de nuestra publicación la Fiscalía tomó contacto con nosotros para ir a allanar. Yo no tengo instinto de superhéroe, ni complejo de superhéroe, pero sí que he llevado una carrera lo suficientemente agitada como para estar alerta toda mi vida. Tengo tres años como testigo protegido de la Fiscalía, en distintos casos que tienen que ver con corrupción y narcotráfico, y eso implica que mis dinámicas de vida están orientadas a cuidarte, a saber que hay gente que te quiere matar. Enterarnos ahora con nombre y apellido de uno más de la lista, pues es eso, es uno más en la lista y no cambia mucho nuestra vida en realidad”, comentó.

Debate sobre el periodismo

El tema ha causado un amplio debate sobre el ejercicio periodístico, con comentarios en contra y a favor de la manera de proceder de Boscán, a tal punto de que su nombre y el de La Posta siguen entre las tendencias de la red social X, plataforma en la que predomina la opinión política.

Fundamedios, por ejemplo, señaló que los contactos entre el periodista y el narcotraficante “transgreden todas las líneas rojas de la ética periodística en el tratamiento con las fuentes”.

En un comunicado apuntó que “existe un agravante determinante” en la situación con Boscán, que es que la fuente de información “es un peligroso criminal que incluso estaba -al mismo tiempo- planeando junto con sus cómplices atentados contra otros periodistas que lo investigaban”.

La Fundación Periodistas Sin Cadenas también consideró que los chats dejan ver “una práctica profundamente reñida con la deontología del oficio”.

A decir de la organización, “es saludable” el debate que se ha propiciado porque ayudaría a mejorar el oficio. “Cubrir temas relacionados con la violencia que enfrenta Ecuador supone una altísima responsabilidad que pasa por la necesidad de revelar condiciones socioeconómicas estructurales, relaciones de poder, deudas históricas por parte de los políticos, datos públicos, hechos y nombres que representan vidas humanas”, anotó la fundación.

Por su parte, el fundador de La Posta mencionó que su medio de comunicación impulsa que la situación sea discutida desde la academia, mas no desde organizaciones a las que calificó de “ilegítimas”, como Fundamedios.

Y sobre el lenguaje que usa para comunicarse con sus fuentes, Boscán reflexionó que está tratando de “seleccionar mejor” con quién tener conversaciones y con quién no. “Pero de ninguna manera voy a cambiar mi forma de ser. Lo que puedo es corregir los errores y las formas de procedimiento, pero yo soy como soy”, justificó. (I)