En Finanzas, algunos actúan como dueños de dinero propio, retienen dinero.
Quienes dudan del federalismo lo hacen desde la irracionalidad; puede que sea el temor a lo nuevo, pero lo más probable es que sean voces financiadas.
Si el MTOP no hizo la obra, que al menos Lasso la deje hacer, facilitando esa nueva delegación y financiando su gobierno obras complementarias.
Destaco los logros de estos guayaquileños de corazón porque la ciudad y el país necesitan organizar una nueva agenda.
Ha llegado la hora de que las tomas de posiciones por razones psicológicas sean reemplazadas por un análisis racional.
Ojalá, llegado ese momento, puedan colaborar personas de éxito y con experiencia, como Jaime Nebot o Henry Kronfle.
... se hace plausible pensar que, para conseguir tal financiamiento, un interlocutor muy adecuado podría ser Cueva.
... Y lo que se mira es un país demencial cuya lógica social es controlada por gente que perdió el rumbo.
Nuestra sociedad todavía no llega a la edad de la responsabilidad, donde el bienestar es el resultado del esfuerzo.
Algunos debaten la pertinencia técnica y el desenlace de la acción jurídica, yo me enfoco en que hay uso de dinero ajeno y se viola la autonomía local.
¿Qué es ser sensato en estos momentos?
Sin ese derroche público central no habría sido necesario el Decreto 883 y por ende no hubiera existido el paro destructivo de octubre. Resolvamos, pues, el origen del problema y no la gota que derrama el vaso.
Después del éxito, ¿qué?
Los empresarios guayaquileños harían bien en reflexionar cómo ese dinero transformaría totalmente la seguridad de la ciudad, mejorando la calidad de vida de sus familias y la estabilidad de sus negocios.
El gran pacto territorial
El alcalde de Quito, Jorge Yunda, en carta pública contestó mi artículo ‘Quito: un mundo sin límites’, donde cuestioné su pretensión de que los ecuatorianos debamos pagar una nueva extensión del Metro.
La esencia extractora de la capital no cambiará. No es posible el progreso equitativo de la nación, mientras perdure la estructura actual de gobierno. Si creen que exagero, analicen las palabras del alcalde de Quito.
Así se jodió Quito
Zar es un vocablo ruso que proviene del latín César. Las carreteras concesionadas de Guayas han estado en manos de una sola compañía, desde el siglo pasado. Pagamos peaje para que la empresa dé mantenimiento e invierta lo necesario para encarar el crecimiento del parque automotor, del cual son beneficiarios directos...
La multiplicación de los hijos genera diversidad y posibilidad de unión, aunque también, como en la aritmética: su otra cara es la división.
Hago público un secreto
El sector público ha tomado control de nuestras actividades, el SRI, cual Gran Hermano, vigila nuestras finanzas personales, el Gobierno Central se engulle el dinero de nuestros impuestos, del petróleo y, por si fuera poco, miles de millones más, que no tiene y “toma prestado”.
Con este son diez ejemplos (hay muchos más) de lo que sucede en la capital de todos los ecuatorianos con el capital de todos los ecuatorianos. El Estado actual nos divide entre los dependientes públicos de Quito y los independientes privados de todo el país. Privados, es verdad, de recibir la justa retribución a nuestra contribución.
El Municipio de Quito y el de Guayaquil
Dedico este artículo a Fidel Egas Grijalva y a quienes, como él, leen artículos de prensa y los comentan por las redes sociales.
La burocracia ejecuta 7 proyectos de inversión por hora, 56 por día y 148.701 entre 2008 y 2017, en los que usaron 51.516 MM (millones) de dólares, según la Senplades, aparte del gasto corriente.
Ante la posibilidad de que el sucesor de Nebot destruya lo logrado en estos últimos 25 años, Dahik propuso una consulta local para blindar el modelo que destina 85% del presupuesto municipal a obras y apenas 15% a sueldos.
Quienes nacen en Ecuador este año vivirán –en promedio– 76,9 años. Pero la edad al morir dependerá de dónde vivan. En la Sierra, Costa u Oriente, las esperanzas de vida son de 77,2, 76,1 y 75,8 años, respectivamente.
Creíamos que la ruta Collas de 11,7 kilómetros y que costó 243 millones era una de las más caras del mundo: 21 millones por kilómetro lineal.
La parte de la corrupción pública comprobada en 2017 ratificó la sospecha: la voracidad del gasto público se da no solo por la revancha que inspira a políticos vengadores o por el deseo de dominación por compensación que inspira a la burocracia, sino también por la codicia que rompe principios y elimina todo vestigio de buena intención en el justicialismo y bien público que pregonan.